La resistencia a la colonización en Uganda (I): Desde la British East African Company hasta el Protectorado de Uganda

La resistencia a la colonización en Uganda (I): Desde la British East African Company hasta el Protectorado de Uganda

Escrito por Marcelo Neuman, profesor e investigador de la Universidad Nacional General Sarmiento de Argentina y alumno del Máster Cultura y pensamiento de los pueblos negros.

En el territorio de la actual Uganda se hallaban establecidos desde hacia varios siglos varios reinos con una larga tradición política y cultural. A mediados del siglo XIX, cuando empezaron a llegar los europeos, los reinos más grandes eran los de Buganda, Bunyoro-Kitara, Ankole y Busoga. También existían otros más pequeños, como el de Kooki y el de Toro. En ese momento, Buganda era el reino más importante, por lo que su conquista condujo indefectiblemente a la colonización de todos los demás.

Las religiones foráneas, como el cristianismo y el islam, tuvieron un papel relevante en la conquista de Uganda. La influencia del cristianismo fue especialmente notable. Se proyectó a lo largo de varias décadas y da cuenta de muchos aspectos culturales de la Uganda actual. Desde 1877 se empezaron a establecer misiones cristianas, tanto protestantes como católicas. Los miembros de la corte del Kabaka (rey) de Buganda comenzaron a convertirse progresivamente.

Mwanga II
Fuente: Wikipedia

Estos cristianos conversos convivían con musulmanes también conversos, pues unos años antes de la llegada de los primeros misioneros algunos miembros de la corte se habían convertido al islam de la mano de los comerciantes árabes y suajilis. De esta manera, la corte del Kabaka albergaba cuatro facciones político-religiosas enfrentadas: los católicos, los protestantes y los tradicionalistas, que mantenían sus cultos tradicionales.

El gran Kabaka, Mutesa II había logrado, pese a todo, mantener el orden en su reino, ya que sus grandes habilidades políticas le habían permitido lidiar con las continuas rencillas entre las distintas facciones religiosas. Pero en 1884 Mutesa II fallece y lo sucede su hijo Mwanga II, de tan sólo dieciséis años. Su juventud e inexperiencia fue aprovechada entonces por las distintas facciones que trataban de influir sobre él. El poder real se veía así amenazado por las incesantes conversiones a religiones foráneas y las interminables conspiraciones.

En 1885, el británico James Hannington, que había sido nombrado obispo de África Ecuatorial, llega hasta Busoga desde Mombasa, una ruta nada habitual para los europeos y muy temida en Buganda, pues se pensaba que desde allí se organizaría su conquista. Mwanga ordena que Hannington se desvíe hacia otro territorio, pero este se niega y es entonces detenido y una semana después ejecutado. Tras esto, Mwanga, desesperado por las continuas conversiones al cristianismo, ordena que los que no abandonen su fe cristiana sean quemados vivos, castigo al que fueron sometidos unos cuarenta y cinco protestantes y católicos entre 1886 y 1887. Se les conoce como los “mártires de Uganda” y son recordados el 3 de junio de cada año. En 1888, Mwanga, viéndose cada vez más cuestionado y rodeado de enemigos, decide deshacerse de todos los readers, (así se les llamaba a todos los conversos). Pero su plan no prospera, y es depuesto por las cuatro facciones religiosas aliadas para tal propósito. Fue así cómo una civilización que había perdurado durante cuatro siglos, en tan sólo unos pocos años fue decisivamente transformada por las influencias externas. A partir del derrocamiento de Mwanga comienzan una serie de guerras civiles entre las distintas facciones, en donde cada una de ellas busca imponer a su propio títere en el trono de Buganda.

Finalmente, la unión entre cristianos logra expulsar definitivamente a los musulmanes y vuelve a sentar en el trono a Mwanga, pero ahora como simple marioneta de sus antiguos enemigos. Sin embargo, una vez eliminado el “peligro” musulmán, se desencadenan ahora los enfrentamientos entre católicos y protestantes. Tal era la situación en Buganda cuando en diciembre de 1890 llega el enviado de la British East Africa Company, el capitán Lugard, con instrucciones de ocupar el territorio sobre la base de la concesión otorgada por el gobierno británico a la compañía. Con ese objetivo, Lugard firma con Mwanga un tratado en virtud del cual se reconoce la autoridad de la compañía en Buganda, y desde allí comienza a expandir los dominios de la misma. Primero construye un fuerte en Kampala muy cerca del palacio del Kabaka en Mengo, y luego comienza su periplo hacia el oeste, con el objetivo de extender los dominios de la compañía mediante la construcción de una serie de fuertes y la firma de tratados con otros reinos. Una de las principales preocupaciones de Lugard erala de impedir las incursiones del Omukama (rey) de Bunyoro, Karabega, que no aceptaba perder su independencia e invadía sobre todo el territorio de Toro.

Retrato de Frederick Lugard (ca.1880/86)
Fuente: Wikipedia

Lugard pudo llevar a cabo su misión gracias a la ayuda de tropas sudanesas que estaban varadas al sur del lago Alberto, bajo el mando de Selim Bey. Estas tropas sudanesas habían estado bajo las órdenes de Egipto con el propósito de conquistar esta parte de Uganda, pero habían quedado varadas y sin comunicación con Egipto por la rebelión del Mahdi en Sudán.

Luego de instalar los fuertes con parte de las tropas sudanesas, Lugard regresa a Buganda con otra parte de estas tropas, pero, al llegar a allí, estalla al poco tiempo un conflicto armado entre católicos y protestantes. Lugard se pone del lado de los protestantes, que derrotan fácilmente a los católicos, debido a su superioridad militar, por lo que los católicos y Mwanga huyen de Buganda. Sin embargo, poco tiempo después vuelven en respuesta a una solicitud de los protestantes y Mwanga es repuesto en el trono. Se firma un nuevo tratado, que reconoce la autoridad formal de la compañía y en el cual se dividen las administraciones territoriales entre las diferentes facciones religiosas y en el que los musulmanes quedan relegados por completo.

Conseguido este segundo tratado, Lugard parte a Gran Bretaña a mediados de 1892.
En Gran Bretaña el asunto de Uganda estaba despertando un fuerte interés entre la opinión pública y el gobierno británico estaba dividido con respecto a la conveniencia de anexionarse o no Buganda. Es por ello que envía al cónsul general en Zanzíbar, Gerard Portal, a evaluar la situación y redactar un informe. En abril de 1893, Portal firma un nuevo tratado con Mwanga, en donde se acepta la “protección” de Gran Bretaña y se le concede a ésta la potestad de recolectar impuestos y gastarlos. También se acuerda que las tropas sudanesas estacionadas en varios de los fuertes en Toro se trasladen a Kampala. En su informe recomienda al gobierno retener a Uganda, excluyendo a Bunyoro y a Toro, revocar la concesión a la compañía y construir un ferrocarril hasta la costa. Un año después, en abril de 1894, el parlamento británico aprueba el Protectorado de Uganda, dejando fuera, al menos por el momento, a Toro y a Bunyoro. De esta manera, el gobierno británico comienza una intervención directa en este territorio, pero a las fuerzas invasores les esperaban nuevos desafíos antes de lograr ocupar efectivamente este territorio y dar así comienzo a su administración colonial.

La expedición de Lugard y los fuertes
establecidos,