El candomblé brasileño. Qué es y cuáles son sus ritos iniciáticos

El candomblé brasileño. Qué es y cuáles son sus ritos iniciáticos

Entrada escrita por José Ronaldes Oliveira Santana, bailarín profesional y antropólogo.

Al igual que ocurre con otras religiones de matriz africana, hoy en día se sigue discutiendo si el camdomblé brasileño es monoteísta o politeísta. Lo cierto es que postula la existencia de un dios supremo que recibe distintas denominaciones, dependiendo de las distintas “naciones” afrobrasileñas.

Estas últimas han sido establecidas sobre la base de la región de África de donde fueron traídos hace siglos sus antepasados. Así, para la nación ketu, este dios principal recibe el nombre de Olorum, mientras que las naciones bantú y jeje lo llaman Mawu Zambi. Aquellos practicantes del candomblé que continúan ligados al mismo tiempo a la iglesia católica identifican a este ser supremo con el dios cristiano.

Por debajo de este dios supremo se encuentran una serie de entidades creadas por él a las que podemos también denominar “divinidades” y que desempeñan un papel clave en todo el culto. Así, para los yoruba de Nigeria, los orixás fueron creados por Olorum. En cambio, para los fon de Benín, los vodums lo fueron por Mawu y para los bantúes por Zambi

 

La psicología del hombre y los orixá

El candomblé brasileño sólo rinde culto a una pequeña parte de los cientos de divinidades adoradas en África. En concreto, se rinde culto a doce orixás/vodums y además de diferentes formas según las distintas naciones.

Cada orixá posee una personalidad claramente diferenciada, así como una serie de dones y de conexiones particulares con algún fenómeno de la naturaleza. Por ello, el culto que se le rinde presenta siempre también una serie de especificidades.

Las distintas personalidades de los orixá se corresponden a su vez con los distintos tipos psicológicos de los seres humanos. En función de su peculiar forma de ser, cada persona se encontrará entonces más predispuesta a establecer una relación con un determinado orixá en vez de con otro. El establecimiento de este vínculo entre un orixá y un ser humano en razón de sus personalidades afines, constituye el fundamento último del candomblé y de la gran mayoría de las religiones de matriz africana.

 

El rito de iniciación o cómo devolver sentido a la vida

Se cree que todo individuo al nacer es elegido con independencia de su voluntad por un orixá en particular. Este orixá se asienta en la cabeza u ori del  recién nacido.  Pero ello no implica forzosamente que esta persona  luego vaya a convertirse en una seguidora del mismo.

El babalorixá o sacerdote a través de una serie de prácticas adivinatorias, determina cuál es el orixá en concreto que está asentado en su cabeza

 

Manifestações de Ogum – São Jorge – Rio de Janeiro 1952 – Arquivos do Jornal Última Hora – Arquivo Público de SP [1].

Cuando alguien se siente perdido en la vida, puede ser llevado a una casa de culto o axe en donde se prepara para reforzar su vínculo con el orixá y convertirse en un fiel servidor del mismo. Gracias a este vínculo renovado, podrá recuperar su perdida felicidad.

La persona que se sumerge en este proceso recibe el nombre de abian o novicio. La renovación del vínculo con su divinidad protectora en la que se embarca resulta una operación ardua y difícil. La iniciación dura entre catorce y veintiún días, durante los cuales se ha de permanecer encerrado y aislado del mundo. Durante todo este tiempo, se celebran diversos rituales encaminados a permitir que el ori o cabeza del adepto pueda ser consagrado al orixá.

Se trata de una serie de rituales cuyos detalles está prohibido revelar a los extraños, pero en los cuales se sabe que se guardan largos períodos de silencio, se afeita la cabeza del novicio, se sacrifican animales y se realizan ofrendas de alimentos. Asimismo, se aprenden toda una serie de dogmas y principios religiosos. Finalizada la iniciación, el individuo puede considerarse como un autentico renacido.
 

El trance como manifestación de la divinidad en la tierra

Recordando Umbanda em Braz de Pina – Rio de Janeiro 1954 – Arquivos do Jornal Última Hora – Arquivo Público de SP [2]

En efecto, esta iniciación constituye un rito de paso, una muerte simbólica que transforma a un hombre o mujer común en un instrumento del orixá, en un elegun. Es decir, una persona sujeta al trance de posesión, alguien que puede prestar su cuerpo para que el orixá vuelva a vivir entre nosotros durante unas horas o unos días.  Será por su boca cómo el orixá hablará a la gente, elevando así su conocimiento y el de todos los demás adeptos.

El vínculo entre el adepto y el orixá no tiene por qué ser tampoco unívoco. A veces, una sola persona puede tener varios orixá, del mismo modo que cada orixá puede ligarse simultáneamente a una multitud de seres humanos diferentes.

 

El candomblé, una religión tolerante con lo humano

Al contrario que las grandes religiones monoteístas, como por ejemplo el cristianismo, pero a semejanza de la mayoría de las religiones de matriz africana, el candomblé brasileño exhibe una clara orientación mundana.

Su objetivo principal es favorecer la felicidad terrenal, satisfaciendo para ello los distintos deseos humanos, encauzándolos de un modo positivo, pero sin reprimirlos

 

Acepta el mundo tal y como es, con sus luces y sombras, en vez de contraponerlo a un ideal moral, a menudo tan elevado como irrealizable. Es por ello por lo que tanta gente inicialmente ajena a las comunidades afrobrasileñas ha acabado sintiéndose atraída por esta religión.

Esta tolerancia fundamental hacia los deseos humanos se manifiesta de diversas maneras. Por ejemplo, dentro del espacio para el culto o terreiro, la homosexualidad siempre estuvo presente de forma muy natural y tranquila. En general, no fue considerada ni una enfermedad ni una perversión, salvo por influencia del catolicismo circundante. De ahí que hoy en día exista un gran número de adeptos homosexuales públicamente reconocidos como tales, incluso entre los grandes dirigentes del culto.

Podría pensarse incluso que en su condición de religión de una población históricamente oprimida como lo han sido las comunidades afrobrasileñas, se desarrolló en su seno una actitud más comprensiva hacia cualquier persona marginada y perseguida.

Para terminar, otro aspecto del candomblé que merece ser rescatado en estos tiempos es el de su temprana sensibilidad ecológica: “sin hoja, no hay orixá”, se dice. Todos los adeptos tienen la obligación de cuidar de la vegetación. El orixá no es concebido como algo ajeno y contrapuesto al mundo natural, sino como una parte del mismo. De ahí entonces que sea necesario cuidar de él, para que los orixá puedan subsistir y seguir relacionándose con los seres humanos.

 

Para profundizar en el tema

BASTIDE, Roger (1978): O candomblé da Bahia. São Paulo, SP: Companhia Editora Nacional/ MEC.

MARTINS, Cléo e MARINHO, Roberva (2002): Iroco. Coleção Orixás. Rio de Janeiro, RJ: Pallas.

MATOSO, Katia (2016): Ser escravo no Brasil: séculos XVI-XI. Petrópolis, RJ: Vozez.

VERGER, Pierre Fatumbi (1981): Orixás. Salvador, BA: Corrupio.

VOGEL, Arno; SILVA MELLO, Marco Antônio da & BARROS, José Flávio Pessoa de (1993): Galinha d’angola: iniciação e identidade na cultura afrobrasileira. Rio de Janeiro, RJ: Pallas.

WASHITA, Pedro (1991): Maria e Iemanjá: análise de um sincretismo. São Paulo: Edições Paulinas.

 

Atribuciones

[1] This work, «Manifestações de Ogum«, is a derivative of «Manifestações de Ogum» by Luiz Fernando Reis MMF, used under CC BY. Trimmed from the original.

[2] This work, «Recordando Umbanda em Braz de Pina«, is a derivative of «Recordando Umbanda em Braz de Pina» by Luiz Fernando Reis MMF, used under CC BY. Trimmed from the original.

[3] El diseño de la imagen destacada es un montaje realizado con las imágenes «Festa de Ogum«, de Pit Thomspon, usado bajo la licencia CC BY.