DIGITAL RETURN -ILAM, Sudáfrica: Repatriación de la música africana a su lugar de origen, ¡una obligación ética!

DIGITAL RETURN -ILAM, Sudáfrica: Repatriación de la música africana a su lugar de origen, ¡una obligación ética!

Entrada escrita por Miranda Van der Spek, antropóloga visual, etnomusicóloga y cineasta

En junio 2018 tuve el honor de participar en el simposio de la ICTM (International Council for Traditional Music) in Lisboa, Portugal. Se trató de un encuentro sobre Etnomusicología Audiovisual, disciplina que estudia las potencialidades de los medios audiovisuales en una amplia gama de actividades etnomusicológicas: investigación, conservación y difusión.

En este simposium conocí a Diane Thram, ex-directora del ILAM (International Library of African Music), con sede en Grahamstown, Sudáfrica. El ILAM fue fundado en 1964 por el inglés Hugh Tracey (1903-1977), como centro independiente para el estudio y la promoción de la música tradicional africana. Su objetivo consiste en investigar, poner en valor y preservar las tradiciones musicales de este continente. Tracey era un etnomusicólogo autodidacta. A lo largo de su vida publicó numerosos artículos y libros. Junto con su mujer grabó y archivó diversas manifestaciones musicales presentes desde el África Central hasta Sudáfrica. Entre los años 20’ y los 70’ realizó unas 35.000 grabaciones.

Diane Thram me habló de un valioso proyecto de ILAM: el Digital Return. Este proyecto consiste en la repatriación de las copias digitales de las grabaciones de campo grabadas por Hugh Tracey en la época colonial. ILAM considera la repatriación una responsabilidad ética. Se trata de una forma de descolonización del propio ILAM y un modelo para la descolonización de la etnomusicologia en general.

En los últimos años la obra de Tracey ha sido duramente atacada, ya que él trabajó toda su vida bajo el régimen del apartheid, un régimen neocolonial, basado en el racismo y en la concesión de privilegios a la minoría blanca. No se puede negar que Tracey estaba integrado en cierta manera dentro de este sistema represivo y explotador, en el que los pueblos autóctonos se vieron privados de su tierra, su cultura y su dignidad.

Pero el motor del trabajo de Tracey era su pasión por la música africana. En esto difería radicalmente de la mayoría de los blancos de Sudáfrica, quienes despreciaban profundamente la cultura local como inferior, marginal y de escaso valor intrínseco. Tracey hablaba de la música africana como una música sofisticada y convirtió en la misión de su vida el resaltar ante el ambiente colonial de su tiempo el valor del legado musical africano. Defendía que los propios africanos aprendiesen la música africana en las escuelas, en vez de estudiar solamente la occidental. Y él y sus hijos finalmente lograron este sueño.

En los años 50’ Tracey hizo construir un anfiteatro en las minas de oro de Witwatersrand, con dinero del régimen del apartheid. Los fines de semana se realizaban shows con música y danza, ejecutados por grupos de mineros, en calidad de representantes de diferentes grupos étnicos de diferentes países, como Congo, Zimbabwe, Mozambique y Sudáfrica, porque estos trabajadores habían llegado de muchos lugares para trabajar en la mina. Los shows eran una diversión para las élites blancas. Para los mineros eran, en cambio, una forma de olvidar, aunque fuera sólo por un instante, sus condiciones inhumanas de trabajo y la explotación diaria a la que eran sometidos. Era para ellos una vía de expresarse a través de sus propias tradiciones culturales. Esta iniciativa le otorgaba a Tracey la oportunidad de grabar la música de diferentes grupos étnicos. Fue una iniciativa por la cual también recibió fuertes críticas. No sé si Tracey apoyó o no a los mineros con su anfiteatro y los shows o no. Lo seguro es que hoy lo ético y lo justo es devolver estas grabaciones a sus países y comunidades de origen y hacerlas accesible para todo el mundo.

El proyecto Digital Return se lanzó en 2014, como un proyecto piloto, y la repatriación está todavía en curso. Las comunidades y los descendientes de los músicos grabados aprecian enormemente este acto simbólico y tangible a la vez. El ILAM investiga si esta colección histórica de grabaciones de campo puede servir como una herramienta crucial para la preservación, pero también para la revitalización del patrimonio musical, sobre todo entre los jóvenes, tanto en zonas rurales como zonas urbanas. Esta revitalización no significa una mera recreación de lo viejo, sino revivificar un legado, para que puedan desarrollarse así nuevas formas musicales a partir de las tradicionales.

Una iniciativa de gran interés a este respecto es la del productor BeatingHeart de Sudáfrica, quien ha invitado a músicos, artistas y dj´s a hacer un remix basado en la colección African recordings de Tracey, a fin de pasar el relevo a la generación siguiente. En los cd´s aparecen los remix artistas pero también los tracks originales, algo que pueda abrir interés al público por la música tradicional africana (https://vimeo.com/303682671)

Actualmente trabajamos en la producción de un documental antropológico sobre Digital Return en colaboración con el ILAM, si bien la elaboración del mismo se encuentra todavía en una etapa muy temprana. El documental está centrado en el significado de la música tradicional africana en un mundo post-colonial.

Nuestro objetivo es filmar el proceso de la repatriación de las grabaciones en una selección de países, hacer entrevistas con músicos mayores, que puedan hablarnos sobre sus experiencias, y con músicos jóvenes sobre el modo en que ellos modificarán e interpretarían esta música en la actualidad. También se buscan respuestas a preguntas candentes: ¿Cómo se desarrolla la música africana en relación con el racismo y el privilegio blanco? ¿Existen todavía prejuicios hacia la música tradicional africana, como el de no reconocer su propia complejidad? ¿Qué interés hay entre músicos modernos (dedicados a géneros como rap y hip hop) por servirse de las formas tradicionales en sus nuevas obras (sampling, renovar textos en viejas melodías etc). ¿Qué papel puede jugar la repatriación de músicas en la revitalización de la música tradicional africana?

Durante la producción de este documental espero poder colaborar con instituciones y personas africanas y europeas en los países donde Tracey efectuó sus grabaciones (Congo, Rwanda, Zimbabwe, Angola, Mozambique, Sudáfrica). Es importante obtener información desde diferentes perspectivas: el punto de vista africano y el europeo (de los países colonizadores), valorando y apreciando la perspectiva de cada cual.

Conocemos la historia del mundo, con sus pobladores y expresiones culturales sobre todo desde una perspectiva occidental y blanca, una perspectiva eurocéntrica, que percibimos como neutral y objetiva, aunque obviamente no lo es. Poco a poco tenemos que avanzar hacia un mundo que abrace igualmente la perspectiva negra. Y también la perspectiva “gris”, para todo lo que no es ni blanco ni negro. A la hora de abordar los procesos de descolonización es muy importante la combinación de diferentes perspectivas, a fin de obtener una visión más amplia y equilibrada. Y ello nos exige valorar también como se merecen las músicas de los cuatro puntos cardinales, y no sólo la occidental.

Miranda Van der Spekmirandasmadrid@gmail.com

Referencias:

  • Worth Repeating! , about music of the Ouldémé in the Mandara Mountains, North Cameroon. Commissioned by the World Minimal Músic Festival, Holanda 2011.

  • Do Re Mix Max, an interactive website for children(11-15years) about the Transatlantic Slave Route and the diaspora, told by music: www.doremixmax.org/pt.