28 Jul Los Baatombu de Benin (II). Breve reseña histórica
Escrito por Gerardo José Cámara Aizcorbes, profesor de Enseñanza Primaria y alumno del Curso Cultura y Pensamiento de los Pueblos Negros
Hasta finales del siglo XIX, periodo de ocupación del Borgu por los franceses, los baatombu aparecían como un pueblo recluido, viviendo en una autarquía casi total, en un país hermético. Eran conocidos muy superficialmente gracias a las crónicas árabes. Los exploradores europeos que tuvieron mucho o poco contacto con este pueblo, pusieron el acento sobre los aspectos pintorescos y exóticos del país y de sus gentes.
Dejaron por escrito en sus textos confusiones fácilmente perceptibles, como la de confundir a los baatombu con sus vecinos yoruba y hausa.
Corresponde a Jacques Lombard el mérito de haber elaborado la primera
monografía completa sobre los Baatombu. Se publicó en 1965 con el título Estructura de tipo feudal en África negra. Estudio de los dinamismos internos y de las relaciones sociales en los bariba de Dahomey. Pero, según Djibril Debouru, el autor debido a su mal conocimiento de la lengua baatonu, nos presenta malas traducciones y errores en las interpretaciones de distintos testimonios. Durante mucho tiempo Lombard fue el único
referente para conocer a este pueblo del Borgu. En 1998 el antropólogo Denise Brégand publica Comercio de caravanas y relaciones sociales en Benín. Los Wangara del Borgu. Este autor sigue la estela de Lombard y aporta pocos elementos para un mejor conocimiento de los Baatombu. La Sociedad de Misiones Africanas, presente en Benín desde 1860, también nos ofrece interesantes estudios sobre la cultura y el pensamiento tradicional baatonnu. En el año 2012 el beninés Djibril Debourou da a conocer su
investigación en el libro titulado: La sociedad baatonnu del norte de Benín. Su pasado, su dinamismo, sus conflictos y sus innovaciones. Se trata de un estudio muy detallado de los Baatombu y una reflexión sobre cuál será su futuro.
A partir de las aportaciones de todos estos autores, resulta posible reconstruir a grandes rasgos la historia de este pueblo. Al igual que cualquier otra población del mundo, los baatombu también cuentan con un mito sobre sus orígenes. En su sabiduría tradicional explican la génesis de su etnia con esta leyenda recogida por René Faurite en su obra Le royaume de Busa des ses origines medievales à 1935: étude sur le rôle de la chefferie traditionnelle, publicada también años más tarde por Rafael Marco en Neré y Karité. Cuentos de la sabana (Marco, 1999: 22-23):
Kisira y su pueblo tuvieron que abandonar su país para escapar de la cólera del profeta Mahoma por haber transgredido sus órdenes. Huyeron directamente hacia el sur y llegaron a Bornu, en donde se establecieron durante cierto tiempo. Más tarde tuvieron que reemprender la emigración hacia el oeste en busca de tierras donde poder instalarse. Así llegaron hasta el río Níger, siempre perseguidos por las huestes musulmanas. Allí fueron salvados por un milagro de Kisira que dio una orden a las aguas y éstas se separaron dejando el paso libre a su pueblo; cuando se encontraron en lugar seguro las aguas volvieron a cerrarse sobre sus perseguidores que perecieron ahogados.
Kisira y su pueblo fundaron la ciudad y el reino de Busa. Cuando este murió ninguno de sus hijos estaba en la ciudad, se habían ido de caza por las tierras del oeste en la región de Nikki; la destreza y el valor del primogénito animaron a sus habitantes a nombrar al hijo mayor rey de Nikki. Los emisarios de Busa llegaron, pero ninguno de los hijos de Kisira manifestó deseos de volver a la ciudad fundada por su padre y dieron poderes a los emisarios para que ellos mismos solventaran los asuntos ordinarios. Así es como consta en la tradición, que Busa fue administrada largo tiempo por esclavos y gobernada desde Nikki.
El rey de Nikki también murió cuando sus hijos mayores se habían ido de caza a un país lejano. Se enviaron mensajeros, pero tardaron mucho tiempo en dar con ellos. Mientras tanto, como el reino no podía permanecer sin soberano, la población instaló en el trono a uno de los hermanos más jóvenes. Un día, los hermanos que se habían ausentado de Nikki llegaron a conocer la noticia de que su padre había muerto y que el pueblo había entronizado a uno de sus hermanos menores; uno de ellos decidió volver a la ciudad con la intención de recuperar el poder que le había sido usurpado, pero el otro hermano trató de disuadirle.
Una fuerte discusión surgió entre ellos hasta que finalmente consideraron que no merecía la pena combatir entre hermanos, habiendo tantos territorios por conquistar y a su entera disposición. Los dos hermanos mayores se separaron, uno se fue a fundar el reino de Buay, en Benín, y el otro el de Kayama.
Según la tradición el pueblo baatombu es el resultado de una simbiosis entre la población autóctona y los wasangari, un grupo de invasores venidos del Este que se constituyó en la clase dirigente. Estos príncipes venidos del exterior fundaron tres reinos al norte de Benín: Paraku, Nikki y Kandi. Siendo Nikki el más importante. Todos ellos se identifican con Kisira como su ancestro común.
Según Jacques Lombard la penetración de este grupo de conquistadores en
tierras del Borgu y la fundación de la ciudad de Nikki podrían situarse hacia el año 1350 d.C. Otros historiadores datan la llegada del jefe Kisira a finales del siglo XV.
Lombard dota al rey de Nikki de un poder absoluto, fórmula rarísima en África Negra, donde los soberanos actúan conforme a las exigencias de la tradición. Ellos eran responsables ante de esta tradición que no podían transgredir impunemente.
La sociedad baatonu precapitalista no vivía replegada sobre ella misma. En todos los sectores esenciales de la vida social, los baatombu mantuvieron intercambios en un espacio más o menos extenso. La imagen de un Borgu cerrado es fruto de la ignorancia de los viajeros. Los baatombu vivían la economía desde una dimensión humana, muy diferente a la perspectiva mercantilista de la economía capitalista.
Agentes perpetuos de transformación de la naturaleza, los baatombu sabían preservar un equilibrio medioambiental.
Las fronteras más herméticas cederán bajo la presión de las influencias
exteriores que influyeron en las estructuras políticas, económicas y sociales del Borgu. La colonización les obliga a una tímida adhesión al comercio internacional que les traerá calamidades, ruina y desolación. El Borgu carece de riquezas minerales, por lo que la economía colonial se organizó en torno a algunos productos de cosecha como el kapok y el karité y a cultivos de gran producción como el algodón o el cacahuete.
Después llegó la globalización. La mayor parte de las antiguas colonias africanas se han convertido en consumidoras de una tecnología que cambia a un ritmo frenético, una velocidad a la que no se adaptan casi nunca, por lo que terminan renegando de sus valores culturales, sin adaptarse correctamente a los cambios sociales. El país baatonnu se está hundiendo en función de una economía de trata modernizada; una economía concebida y conducida desde el exterior, garantizando unos intereses extranjeros sin rostro.
La cultura tradicional baatombu está amenazada por la globalización. Los
cambios de paradigma en la concepción de la vida están transformando todas las sociedades. Ninguna cultura se libra de ello. El sincretismo filosófico y religioso es una realidad que afecta a todas las colectividades. El pensamiento tradicional baatombu tampoco se libra de esta nueva mentalidad. Los jóvenes cada vez guardan menos las costumbres de sus antepasados y se dejan llevar por lo que ven en la televisión o en las redes sociales. La irrupción masiva de internet, donde se observa una miscelánea de valores y antivalores, crea confusión y favorece el relativismo cultural dando como resultado una minusvaloración de la propia cultura, un rechazo a lo antiguo y una sobrevaloración de modelos de pensamiento diferentes a los conocidos. Ahora el pensamiento y el modelo social no es el de los antepasados, sino el occidental, el de Europa o EEUU. Las culturas tradicionales africanas tienen un gran reto de cara al
futuro próximo: cómo adaptarse y sobrevivir manteniendo su esencia y no ser destruidas. En esta tesitura se encuentra también el pueblo baatombu: sobrevivir renovando su pensamiento o diluirse.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Debourou, Djibril (2012): La societé baatonnu du Nord-Benin. Son passé, son dynamism, ses conflits et ses innovations. Editorial L’Harmattan. París.
Faurite, René (1988): Le royaume de Busa des ses origines medievales à 1935: étude sur le rôle de la chefferie traditionnelle. Lille 3: ANRT.
Lombard, Jacques (1965): Structures de type «féodal» en AfriqueNoire: étude des dynamismes internes et des relations sociales chez les Bariba du Dahomey. Editorial Mouton. París.
Rafael Marcos (1999): Neré y Karité. Cuentos de la sabana. Editorial Selva y Sabana. Madrid.