Los Karimojong de Uganda

Los Karimojong de Uganda

Entrada escrita por Lázaro Bustince Sola, Misionero Padre Blanco y director de la Fundación Sur.

En el noreste de Uganda se encuentra la región más tradicional y marginada del país: Karamoja, la tierra de los karimojong. Cuenta con unas 800.000 personas. Sus dos poblaciones más importantes son Moroto y Kotido.
Esta región ha permanecido marginada, tanto por el Gobierno Británico durante la ocupación colonial, como por todos los gobiernos ugandeses, desde 1962, año en que se accedió a la independencia.
Aunque podemos encontrar varias razones para explicar esta marginación histórica, las más importantes son las siguientes:

 Karamoja es la región más árida y menos fértil de todo el país.
 Los karimojong son pueblos de pastores nómadas, y por tanto difíciles de
localizar, agrupar y menos aún de controlar para pagar impuestos.
 Los karimojong son pueblos guerreros y todos los intentos por parte del
Ejército por dominarlos han sido siempre derrotados. El Presidente Museveni intentó controlarlos con sus armas modernas, pero pronto sus tropas se tuvieron que retirar, con grandes pérdidas materiales y humanas.
 Los pueblos de Karamoja no se identifican con ningún país moderno, y para ellos no existen las fronteras entre países. Se mueven con total libertad entre Uganda, RDC, Sudán y Kenya, pues consideran que los pastos y el agua de todos los lugares existen para alimentar a su ganado y que son suyos.

Los karimojong se dividen en decena de subgrupos, tales como los tepes, los
bokora, los matheniko, los pian, los jie, y otros. Están emparentados, a su vez, con los langi y teso de Uganda, los turkana y los pokot de Kenya y, más lejanamente, con los masai de Kenya y Tanzania.
Son un pueblo de pastores, que llevan una vida semi nómada. Los ancianos y los niños residen en poblados más estables, mientras que los jóvenes se mueven con los ganados, buscando pastos y agua. Apenas conocen la agricultura, puesto que el terreno es seco y rocoso. Por seguridad permanecen en los montes de Moroto.

Existe una violencia casi constante entre los karimojong y el ejército nacional, así como entre los diferentes grupos karimojong, y dentro de cada grupo más pequeño. Particularmente violentos son los robos armados de vacas entre grupos colindantes, que suelen tener lugar de noche. Las razones de estos robos son fundamentalmente dos. El ganado es la base de su supervivencia y el objeto de una gran parte de sus preocupaciones. Esta prioridad se manifiesta claramente en las letanías que dirigen a los espíritus. Otra motivación importante para el robo armado de ganado es la de pagar la dote matrimonial, que supone entre 40 y 100 vacas.
Estos robos desembocan a menudo en episodios violentos. Antes solamente se usaban lanzas, pero ahora se dispone también de kalashnikov en mano. Estos enfrentamientos ocasionan la muerte de más de mil jóvenes cada año.

A pesar de este contexto duro y opresivo, los karimojong saben vivir y celebrar la vida, las relaciones y los momentos familiares importantes.
Su cultura es oral y todas las tradiciones y valores se transmiten mediante la palabra hablada: historias, cuentos, proverbios, juegos, bailes, ritos de iniciación y celebraciones, en los momentos más importantes de la vida.
Me quedé maravillado, al constatar como una tradición oral ha desarrollado y mantenido una precisión extraordinaria en su gramática. Por ejemplo, cada verbo puede tener hasta 21 formas distintas, para precisar: la intensidad, duración, orientación etc. de la acción. Gozan de una memoria prodigiosa y la comunicación es entre ellos un verdadero arte.

En Karamoja, la educación académica de escuelas de corte europeo es algo que ha llegado en los últimos cien años y su difusión es muy minoritaria.
Un aspecto fundamental de su educación tradicional es el constituido por sus rituales de iniciación. Estos ritos afectan a los dos sexos, puesto que ambos deben pasar de la infancia a la vida adulta. Incluyen instrucciones sobre la historia del grupo y su sistema de valores, así como pruebas de habilidad, luchas de autodefensa, fortaleza, aguante y resistencia, protección de la familia y de los animales. Los ritos de iniciación femeninos incluyen también las instrucciones sobre la cultura, historia y valores del clan, y las obligaciones de la mujer karimojong. La parte más dolorosa y cuestionada de esta iniciación femenina es la mutilación genital, que poco a poco se está erradicando, tal y como mostraremos en otro artículo.

Los sacrificios rituales se reservan para situaciones de extraordinaria gravedad, tales como los robos de vacas por grupos armados, una sequía grave y prolongada o alguna epidemia.
Los sacrificios son normalmente de animales. Son ofrendas para atraerse la
benevolencia de los espíritus y su bendición. Estos sacrificios pueden incluir invocaciones durante el sacrificio, rociarse con sangre del animal, ofrecer los mejores trozos de carne para los espíritus, etc.

En situaciones muy singulares, se producen también aunque siempre en
secreto, algún sacrificio humano, normalmente de algún joven (niño-niña) que ha sido sustraído a un grupo vecino. A veces estos sacrificios se realizan como medida preventiva frente a un inminente ataque enemigo, si se sospecha de la eventualidad del mismo. Si los “enemigos” encuentran los restos de un sacrificio humano, en el camino o senda por donde deben pasar, se volverán a sus casas inmediatamente, y jamás cruzarán ya dicho camino.

En próximas entregas abordaremos nuestro propio trabajo como mediadores para lograr una resolución pacífica de los conflictos intercomunitarios, así como en favor de una mejora en la situación de la mujer.