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Los legados olvidados de las luchadoras por la libertad africana: Un estudio de caso de Andrée Madeleine Blouin

Los legados olvidados de las luchadoras por la libertad africana: Un estudio de caso de Andrée Madeleine Blouin

Escrito por Sheila Semo

«Si la historia de África la hubieran escrito africanos y mujeres, creo que encontraríamos muchos héroes anónimos».

Presidenta Sahle-Work Zewde (primera mujer presidenta de Etiopía)

Introducción

El proceso de descolonización es, sin duda, uno de los acontecimientos más significativos para los estudios históricos africanos. Diversos académicos han publicado trabajos influyentes sobre la autodeterminación en la literatura poscolonial africana. Sin embargo, a pesar de la riqueza de muchos estudios sobre el nacionalismo africano y los importantes advances logrados hacia la igualdad de género en los estudios poscoloniales africanos, el papel instrumental que desempeñaron las mujeres africanas en los movimientos anticoloniales en todo el continente sigue marginado en los análisis históricos y politicos convencionales. En esencia, los hombres eminentes africanos han dominado en su mayor parte la narrativa de los movimientos nacionalistas en todo el continente, mientras que sus colegas femeninas a menudo son percibidas como meras espectadoras pasivas.

En contraste, Makana (2019) sostiene que un análisis contextual crítico de los roles de las mujeres africanas durante la lucha de resistencia anticolonial refuta firmemente cualquier pretensión de que ellas fueran simplemente espectadoras indiferentes. Nwokora (2021) también afirma que las contribuciones de las mujeres africanas a la lucha por la independencia fueron más allá de los límites de los roles de género tradicionales. Por ejemplo, en el caso de Argelia,

Vince (2009) sostiene que las mujeres participaron activamente en la lucha de liberación del imperialism0 francés, uniéndose al Frente de Liberación Nacional (FLN), donde dejaron a sus familias y sirvieron como combatientes paramilitares, movilizadoras de base, espías, enfermeras y mensajeras, a menudo utilizando la apatía política que se les atribuía por el hecho de ser mujeres para su beneficio. De igual manera, Ndlovu y Twala (2024) nos explican que las mujeres sudafricanas fueron parte integral de la lucha de su país por la independencia. Esto se evidencia en el hecho de que numerosas activistas antiapartheid, como Mama Albertina Nontsikelelo Sisulu, Lilian Ngoyi y Helen Suzman, dedicaron toda su existencia a la lucha por la igualdad, la justicia social, el empoderamiento comunitario y el establecimiento del Estado de derecho en Sudáfrica.

En la foto, Lilian Ngoyi pronunciando un discurso en el funeral de su amiga y camarada, Ida Mntwana. Fuente: Wikimedia Commons

Además de luchar en las trincheras de liberación junto a sus homólogos masculinos, las mujeres africanas también emplearon tácticas de resistencia no violenta contra el colonialismo. Por ejemplo, en la Kenia colonial, Gathogo (2017) explica que las mujeres africanas compusieron y cantaron ponderosas canciones de guerra, que animaron a los combatientes Mau Mau y les recordaron por qué debían seguir luchando por sus derechos. De igual manera, Salhi y Bougherira (2021) afirman que, durante el protectorado francés sobre Túnez, muchas mujeres participaron en actos de desobediencia civil e incluso realizaron numerosas huelgas de hambre para protestar contra el colonialismo francés.

Una arquitecta de la resistencia anticolonial en África: Andrée Madeleine Blouin

El proceso de descolonización en el continente africano fue impulsado así por los sacrificios de una serie de activistas femeninas. Entre ellas se encuentra Andrée Madeleine Blouin, una figura inseparable de los movimientos nacionalistas africanos.

Andrée Madeleine Blouin, alguna vez descrita como “la mujer más peligrosa de África”, fue una líder revolucionaria africana cuyo activismo dejó una marca indelible en la lucha del continente por la independencia. Su poderoso legado encarna las adversidades y los triunfos de la lucha de la resistencia africana. Bouwer (2010) afirma que el origen de la notable trayectoria vital de Andrée se remonta al 16 de diciembre de 1921 en Bessou, en la colonia francesa de Ubangi-Shari, República Centroafricana, en donde nació, hija de Josephine Wouassemba, una niña banzi de 14 años, y de Pierre Gerbillat, un comerciante francés de 41 años. Bouwer (2010) nos cuenta tambien que, cuando Blouin tenía tan solo tres años, su padre la arrancó cruelmente de los brazos de su joven madre y la envió a un orfanato colonial en Brazzaville, Congo Francés, en donde sufrió repetidos abusos psicológicos, físicos y verbales. En sus memorias, Mi país, África: Autobiografía de la Pasionaria negra, Blouin relata vívidamente cómo fue humillada, privada de alimentos, aislada y azotada físicamente hasta que finalmente logró escapar del orfanato en su adolescencia. Tras fugarse del orfanato, Andrée y su madre se mudaron a Brazzaville, en donde conoció a un aristócrata belga con quien tuvo una hija llamada Rita. Sin embargo, esa relación no duró mucho y pocos años después se casó con Charles Greutz, un empresario francés. Vivieron en Bangui, Ubangi-Shari, y posteriormente tuvieron un hijo, René.

En la foto, Andrée Blouin en 1960. Esta fotografía ilustra su papel en los movimientos de descolonización en África. Fuente: Wikimedia Commons

Joseph-Gabriel (2019) afirma que, además de sus tumultuosas experiencias infantiles, el segundo momento de radicalización de Andrée se produjo con la tragica pérdida de su hijo René, a manos de un sistema de salud discriminatorio. En su libro, Andrée narra con tristeza cómo su hijo René, de dos años, sufrió malaria, pero se le negó la quinina, debido a su ascendencia parcialmente negra, lo que finalmente condujo a su prematura muerte. Este terrible incidente de discriminación racial despertó en ella un afán inagotable por luchar por la justicia y el cambio social. Como resultado,

Blouin se embarcó en una campaña contra la Ley de Quinina, que prohibía a las personas de ascendencia africana subsahariana en el África Ecuatorial Francesa recibir tratamiento antipalúdico.

Nguyen (2018) considera que la trayectoria de Blouin en el activism politico comenzó poco después en la Guinea Francesa, en donde se unió al movimiento independentista liderado por Sékou Touré. Su formidable oratoria y capacidad organizativa movilizaron a las mujeres y contribuyeron a la independencia de Guinea en 1958. Para entonces, Blouin ya había comenzado a adquirir un prestigio y respeto considerables en los círculos panafricanos poscoloniales. Utilizó estratégicamente esta influencia para posicionarse como la asesora política de confianza de varios líderes africanos poscoloniales, como el nuevo presidente de la República Centroafricana, Barthélem y Boganda; Kwame Nkrumah de Ghana; Sékou Touré de Guinea; Ahmed Ben Bella de Argelia; y Félix Houphouët-Boigny de Costa de Marfil.

Nguyen (2018) señala además que, poco después de la independencia de Guinea, Andrée se trasladó al antiguo Congo Belga, en donde se unió a la lucha contra el colonialismo y lideró el ala femenina del partido nacionalista. Andrée Blouin abogó con vehemencia por la alfabetización, el cambio social y la igualdad de género en el Congo. Sin embargo, pocos días antes de que el Congo fuera finalmente declarado independiente, las autoridades belgas, intimidadas por la creciente influencia de Blouin, la acusaron de ser una agente comunista y la expulsaron del país. A su partida, Andrée ingeniosamente llevó consigo un protocol firmado por la mayoría de los partidos congoleños. Al compartir estratégicamente el contenido del citado documento con los medios internacionales, Andrée logró sabotear el perverso plan de Bélgica para descartar a Patrice Lumumba y entregar el poder a un “moderado”. Finalmente, en 1960, gracias a un movimiento independentista generalizado y cada vez más radical, el Congo Belga logró la independencia y Patrice Lumumba se convirtió en su primer ministro. Blouin no solo pudo regresar al país, sino que también fue nombrada Jefa de Protocolo de Lumumba. Su function consistía en servir de enlace diplomático con los gobiernos europeos durante el período de transición.

Lamentablemente, como señala Bouwer (2010), este importante logro fue efímero, ya que el gobierno de Lumumba fue derrocado poco después en un golpe de Estado military liderado por Joseph Mobutu. Lumumba terminó brutalmente asesinado. Posteriormente, Andrée fue acusada de radicalismo, lo que resultó en su condena a muerte. Afortunadamente, logró huir y poco después se estableció en París, en donde continuo defendiendo el panafricanismo hasta su muerte en 1986.

Conclusión

Como bien señaló la escritora nigeriana Chimamanda Ngozi Adichie: «las historias importan. Muchas historias importan. Se han usado para despojar y difamar, pero también pueden usarse para empoderar y humanizar. Las historias pueden quebrantar la dignidad de un pueblo, pero también pueden reparar esa dignidad rota… Cuando rechazamos la historia única, cuando nos damos cuenta de que nunca hay una sola historia sobre ningún lugar, recuperamos una especie de paraíso».

Intrincadamente entrelazadas en el rico tapiz de la historia africana, se encuentran numerosas historias inspiradoras de mujeres extraordinarias cuyos sacrificios catapultaron a las naciones africanas desde las ataduras del colonialismo hacia la emancipación política. Sin embargo, la marginación de las importantes contribuciones de estas mujeres ha llevado a una distorsión de la historia africana en su totalidad. En otras palabras, al excluir a las mujeres del discurso anticolonial, sólo conocemos la mitad de la historia que se esconde tras nuestras sociedades, culturas e historias. Además, sin la audacia, la compasión y la tenacidad de estas mujeres, las mujeres africanas y el pueblo africano en su conjunto no tendríamos los derechos que tenemos hoy. Por lo tanto, es nuestro solemne deber como africanos garantizar que nuestras icónicas madres fundadoras ocupen el lugar que les corresponde en los anales.

Referencias bibliográficas

Blouin, A. (2025). My Country, Africa: Autobiography of the black pasionaria. Verso Books.

Bouwer, K. (2010). Andrée Blouin: A Sister Among Brothers in Struggle. In Gender and Decolonization in the Congo: The Legacy of Patrice Lumumba (pp. 71-99). New York: Palgrave Macmillan US.

Gathogo, J. (2017). Mau-Mau war rituals and women rebels in Kirinyaga county of Kenya (1952-1960): Retrieving women participation in Kenya’s struggle for independence. Studia Historiae Ecclesiasticae, 43 (2), 1-16.

Joseph-Gabriel, A.K. (2019). Reimagining Liberation: how Black women transformed citizenship in the French Empire. University of Illinois Press.

Makana, S. (2019). Women in Nationalist Movements in Africa. In Oxford Research Encyclopedia of African History.

Ndlovu, A.S., & Twala, C. (2024). A Literature Review on the State of Research on Women’s Contribution to South Africa’s Liberation Struggle. E-Journal of Humanities, Arts and Social Sciences. https://doi. org/10.38159/ehass, 20245815.

Nguyen, S. (2018). Women Rising from the Depths of Congolese History: The Mobilization and Politicization of the Women of the Congo. The Toro Historical Review, 5 (1).

Nwokora, R. (2021). The Political Agency of Women in Colonial Africa.

Salhi, Z.S., &Bougherira, M. (2021). North African Women and Colonialism. In The Palgrave Handbook of African Women’s Studies (pp. 1151-1167). Cham: Springer International Publishing.

Vince, N. (2009). Colonial and post-colonial identities: women veterans of the “Battle of Algiers”. French History and Civilization, 2, 153-168.