Los sonidos del imperio de Mali (VIII). El kamelé n’goni (Mali y Guinea Conakry)

Los sonidos del imperio de Mali (VIII). El kamelé n’goni (Mali y Guinea Conakry)

Escrito por Judit Torrent Navarro. Enfermera y Técnica de Cooperación. Alumna del Curso Cultura y pensamiento de los pueblos negros

El kamele n’goni es un instrumento musical muy tocado en Mali y Guinea Conakry y desarrollado en la década de los 50. Constituye una evolución del donso n’goni, al que se le añaden más cuerdas, entre 6 y 16.

Kamelé significa joven en bambara. Este hecho nos indica que puede ser tocado por cualquier persona. No está Únicamente destinado a los griots, sino que se concibe como un instrumento para el puro entretenimiento, muchas veces tocado por jóvenes que componen nuevas canciones cuyas letras tratan de temas actuales.

Al estar ligado a la estética musical moderna, se diferencia de sus antecesores también en sus funciones sociales. Pierde ese aura de misticismo que rodea a los otros instrumentos. No tiene por qué tocarse en ceremonias ni ir ligado al repertorio musical tradicional.

Sira Ba Kilin (el primer camino, o el camino principal) es la melodía con la que se empieza su aprendizaje.

Fue Allata Brulaye Sidibe, gran intérprete del kamele n’goni, el primero en lanzar a las discográficas este instrumento.
Algunos interpretes famosos del Kamelé n’goni son Ko Kan Ko Sata, Dicko Fils y Baba Sissoko, entre otros.

El Djeli N’goni (Mali)


Instrumento ancestral de Mali, el n’goni, djeli n’goni en Mali, es llamado xalam en Senegal, konting en mandiga, molo para los fulas y gambare para los tucoler. Es un n’goni claramente diferenciado de los otros.

Puede tener de 3 a 9 cuerdas, aunque el tipo más común posee 4 cuerdas, 2 largas y 2 cortas. Las largas se acortan con los dedos de la mano izquierda como una guitarra, las cortas se ajustan a una cierta nota de la escala dependiendo de la canción que se está reproduciendo.
Antiguamente la caja de resonancia estaba hecha de calabaza, pero actualmente es de madera, de forma ovalada y atravesada por un mástil del mismo material que recoge las cuerdas dirigidas por un puente.

El djeli n’goni tiene un gran repertorio de canciones tanto pentatónicas como heptatónicas y puede adaptarse a varios estilos musicales como el jazz, el blues y el rock. En Marruecos y Argelia lo encontramos como guembri o sentir, instrumento de 3 cuerdas imprescindible para los gnawa. El origen de esta minoría étnica magrebí se remonta a finales del siglo XVI, a 1591, año de la invasión y conquista de Mali, cuando el Sultán de Marrakech, Ahmed Al Mansour, apresó un gran número de esclavos negros subsaharianos. Parece que el instrumento evolucionó a partir del n’goni que tocaban estos esclavos y en su repertorio musical tradicional aun hay canciones con palabras en la lengua bambara y mandinga, hablada, antaño por sus antepasados, aunque parece que también emplean palabras de origen hausa y fulani. En algunas regiones se denominan a ellos mismos como “esclavos.

El djeli ngoni es, probablemente, el más antiguo de los instrumentos jaliya, instrumentos de los griot, más antiguo que el balafón o la kora. En el imperio de Mali fue muy significativo y connotaba un alto estatus social, solo las familias privilegiadas podían escucharlo.

Algunos interpretes famosos del djeli n’goni son Basesekou Kouyaté, Cheick Hamala Diabaté, Mama Sissoko y Mamar Kassey, entre otros.

Historia del Djeli N’goni

El gran músico Baba Sissoko enlaza la historia de este instrumento musical con la de Fakoly, el célebre genio al servicio de Sunjata Keita, el fundador del Imperio de Mali. La madre de Fakoly, según instrucciones de su padre, tenía que entregar al niño una tama al cumplir los 3 años y un djeli n’goni al cumplir los 7 años.

La tama le hacía ser la persona más fuerte de su generación. Quien escuchaba su sonido no podía discutir con Fakoly ni ser su enemigo y el n’goni, que solo tenía 2 cuerdas, realizaba sus deseos, y le hacía un hombre poderoso, acompañado por 1400 espíritus.

Fakoly tuvo descendencia y explicó a sus hijos que el arte de tocar la tama y el n’goni no debía perderse y así se enseñó, de generación en generación hasta nuestros días.

Nuhu, último hijo de Jamy Jangoly, último hijo de Fakoly, tuvo dos hijos, Djatrú, padre de Djimbé y Sadja, padre de Djiki. El hijo de Djimbé y Djiki fue Djeli Makán Cissoko.

Nuhu se estableció en Djumara, un pueblo de la región bambara de Kaarta, cerca del Sahel, y es allí donde el djeli n’goni tiene su nacimiento, su punto de partida para distribuirse por toda África en sus distintas formas.