03 Ene Música africana de Ghana
Entrada escrita por Emmanuel Acquah, músico y manager musical.
Ghana posee una riquísima tradición musical. En tiempos precoloniales, la música servía, entre otros fines, como un instrumento de comunicación entre el líder y su pueblo. A través suyo, se transmitían todo tipo de mensajes políticos y religiosos y también se hacía uso de ella en las ceremonias de adivinación, sobre todo las dirigidas a desenmascarar a los culpables de la muerte mediante brujería de alguna persona importante.
En el norte se combinaban los tambores con instrumentos de cuerda y de viento –como las flautas– y xilófonos, que tienen una apariencia semejante a la de un órgano con extensiones de percusión llamadas dondo. La música de cuerda era ejecutada por hombres dotados de una alta espiritualidad.
En el sur, la música se basaba en el uso de tambores: los akonka (pequeños), los atumpan (medianos) y los fontomfrom (muy grandes). Las flautas también eran empleadas en esta zona, especialmente para el relato de historias tristes o durante las ceremonias mortuorias. Estos instrumentos de percusión se fabricaban con madera y pieles de animales. El tambor gongon era usado durante los sermones dirigidos por los líderes a las gentes del pueblo en el curso de las asambleas.
La llegada del colonialismo y de nuevos instrumentos
Durante el período de la trata europea, la costa ghanesa empezó a ser conocida como “Costa de Oro”. Éste fue el nombre que tomó también el territorio colonizado por los británicos, a finales del siglo XIX, y que más tarde se convertiría en la actual República de Ghana, tomando su nombre del antiguo imperio medieval.
En este período fueron introducidas la guitarra europea y otros instrumentos como un nuevo tipo de tambor, el ashiko, del África occidental. Con todos ellos se constituyó el modelo de orquesta conocido como la Banda Brass
Los “burgers” y el periodo moderno
La música moderna ghanesa se fue desarrollando a lo largo del siglo XX. En este periodo existía una demanda muy intensa con relación a las nuevas músicas llegadas desde Occidente, tales como el jazz y el rock. Fue en este período de tiempo cuando se consolidaron grupos como Osibisa, una banda de afro-rock, quienes incluso llegaron a actuar ante la Reina Isabel II en el Palacio de Buckingham.
En los años sesenta, sobre todo tras la caída en 1966 del régimen panafricanista y socialista de Kwame Nkrumah, muchos ghaneses emigraron a Europa y Estados Unidos. A su regreso al país, los retornados, conocidos popularmente como “burgers”, trajeron consigo nuevas formas musicales. Se compusieron entonces canciones muy populares como Akoo te Brofo, “El loro habla inglés”, obra de George Darko.
La música ghanesa siguió modernizándose de la mano de artistas como Gyedu Blay Ambule, que introdujo elementos del rap, lo que dio lugar a un nuevo género, el Simgua Rap. Por su parte, Reggie Rockstone trajo consigo el Hip Life a su vuelta de Estados Unidos.
En los años 80, con la popularización de la música reggae a través de Bob Marley y The Wailers, se difunden mensajes de liberación para los pueblos negros y de ensalzamiento del emperador de Etiopía Haile Selassie. El Hip Life se dividió en dos subgéneros: el Azonoto, que forma parte del Hip Hop, y el Reggae Dancehall, que bebería de las músicas caribeñas y del reggae jamaicano.
Desde que en los años 2000 las letras del hip hop viraron hacia temáticas eróticas, los músicos quisieron revertir esta situación elaborando mensajes positivos sobre la cultura negra.
Percusión al margen
Gracias a todo el trabajo de una legión de intérpretes, Ghana disfruta hoy de una variada y compleja tradición musical, en donde convergen las aportaciones locales y las internacionales. Lamentablemente, la percusión, el elemento tradicional fundamental, no ha ocupado el lugar que quizá debiera haberle correspondido dentro de esta nueva síntesis artística, quedando hoy relegada casi en exclusiva a los contextos ceremoniales.