«Negritudes»: filosofía, memoria y resistencia (IV). El Ubuntu

«Negritudes»: filosofía, memoria y resistencia (IV). El Ubuntu

Escrito por Juan Jesús García, graduado en el Máster en Cultura y pensamiento de los pueblos negros

¿Qué es el Ubuntu?, ¿Por qué es evocado este vocablo hoy en día por personajes tan celebres como el expresidente estadounidense Barack Hussein Obama? ¿Qué misterio esconde esta palabra?

A continuación vamos a intentar aproximarnos a una compresión mínimamente acertada de lo que significa la locución africana “Ubuntu”. Su definición común nos dice que se trata de una filosofía africana ancestral que se ha ido transmitiendo oralmente y cuyo máximo principio es: “una persona es persona a través de otras personas”, lo que nos acerca mucho a la máxima aristotélica de que el ser humano es por su naturaleza un animal cívico 1 .

De hecho, el fallecido y Premio Nobel por su lucha contra el apartheid arzobispo anglicano Desmond Tutu nos explica, desde su percepción religiosa del concepto, que Ubuntu es una palabra africana muy difícil de traducir a los idiomas europeos. Tutu nos dice que el Ubuntu concibe al ser humano como un ser empático con los demás humanos. Cuando en las diferentes lenguas del sur de África se hace referencia a alguien como una buena persona, amable, considerado con los demás, empático y en definitiva con dignidad como miembro de una comunidad, se dice de él que tiene “Ubuntu”. Tutu nos cuenta al inicio de su libro titulado No hay futuro sin perdón que Ubuntu es como decir que la humanidad de todo ser humano esta encapsulada y unida de por vida a la humanidad de otro ser humano. Al traducir esto desde las lenguas africanas a las indoeuropeas el concepto se reduce a la siguiente afirmación: “una persona es persona a través de otras personas” 2 . Asimismo, Tutu, al final del capítulo segundo de dicha obra, critica duramente la base del racionalismo europeo cartesiano diciendo que, en el sur del continente africano no se es persona a través del principio filosófico racionalista del “Cogito ergo sum”, sino más bien se entiende que un sujeto es humano porque participa, comparte y pertenece a determinada organización social. El sujeto humano en el Ubuntu está abierto a otras personas, coopera con ellas, sufre cuando sufren las otras personas. En definitiva el sujeto humano reafirma su humanidad dentro de la comunidad y no a través de su individualismo. Una persona con Ubuntu es discriminada cuando otro es discriminado y es torturada cuando otro es torturado, porque todos los humanos pertenecemos a un mismo todo que es la vida. Por eso, la armonía social es inseparable del Ubuntu, cualquier asunto que la perturbe debe de ser rechazado por la comunidad. Es por eso por lo que el principio clásico del racionalismo occidental no puede más que romper la armonía social africana, ya que para la filosofía africana no se trata de lo que el “yo” individual piense sino de lo que el “nosotros” colectivo piense.

Arzobispo Desmond Tutu. Foto fuente: Wikimedia Commons

Una de las explicaciones más acertadas de lo que es el Ubuntu en sí o, al menos, de aquello a lo que se puede asemejar según la epistemología occidental nos la ofrece la profesora Drucilla Cornell en su ensayo “A Call for a Nuanced Constitutional Jurisprudence: South Africa, Ubuntu, Dignity and Reconciliation” 3 (“Llamamiento para una jurisprudencia constitucional matizada: Sudáfrica, Ubuntu, Dignidad y Reconciliación”). En este ensayo, la profesora Cornell analiza un texto de la exjueza sudafricana del tribunal constitucional Yvonne Mogkoro 4 , en el cual se analiza la tradición del Ubuntu desde una perspectiva filosófica legal y se argumenta que la filosofía tradicional del Ubuntu debe ser incorporada a la legislación constitucional sudafricana post-apartheid. La profesora Cornell a través de su análisis de la argumentación de Mogkoro nos ofrece un examen comparativo de lo que a ojos de la filosofía occidental se podría asemejar al concepto africano del Ubuntu, la «Sittlichkeit» de Georg Wilhelm Friedrich Hegel.

Como sabemos, la idea de la libertad social de Hegel se pone de manifiesto a través de su concepción sobre la sociedad civil, expuesta en su obra Fundamentos de la Filosofía del Derecho. La parte tercera de este libro está dedicada a lo que él denominaba la «eticidad» o, mejor dicho, la vida ética (sittlichkeit/moralidad). Para Hegel uno de los objetivos fundamentales de la sociedad civil consiste en garantizar que esa vida ética sea posible para todos.
Ello ha de conseguirse por medio de la formación del individuo (bildung). Hegel nos explica que, para conseguir esa vida ética en la sociedad civil, se necesita de instituciones que conduzcan al individuo a este tipo de existencia. Según Hegel, las instituciones que permiten al sujeto vivir éticamente son la familia, la sociedad civil y el Estado, que deben estar concebidas sobre la base de las ideas del bien y el bienestar, ya que sin la última difícilmente se puede alcanzar la primera. Estas ideas del bien y el bienestar son expuestas en la segunda parte, sección tercera, de su obra:

§ 129. El concepto abstracto del bien. El bien es la idea –en cuanto unidad del concepto de la voluntad y de la voluntad particular—en que el derecho abstracto, así como el bienestar y la subjetividad del saber y la contingencia de la existencia exterior, en cuanto autónomos para sí, están superados, pero contenidos y conservados en ella según su esencia: es la libertad realizada, la absoluta finalidad última del mundo 5 .

Retrato de Hegel realizado por el pintor alemán Jakob Schlesinger. Foto fuente: Wikimedia Commons.

Para Cornell la filosofía Ubuntu sudafricana muestra una similitud sorprendente con la idea hegeliana de una sociedad ética que procura el bien común a través de sus instituciones. De hecho, Cornell y Mokgoro entienden que dicha filosofía africana sobre el bien común (Ubuntu) debe ser incorporada dentro de la norma fundante del Estado sudafricano. La incorporación de los principios y valores ético-morales del Ubuntu dentro de la norma constitucional sudafricana aseguraría una vida digna para la mayoría de los ciudadanos sudafricanos. Además, dado que, la filosofía del Ubuntu es parte de la tradición africana, la incorporación de esta filosofía de vida al marco legal no debería suponer demasiados inconvenientes para la actual estructura del Estado. Si el Ubuntu se incorpora como principio ético-moral fundante de la sociedad sudafricana, la población sudafricana nativa se reconocería más fácilmente en las instituciones públicas. Por eso, dice Cornell, es necesario el reconocimiento de dicha filosofía en el marco constitucional sudafricano, que nos guste o no, se ha desarrollado a partir la tradición consuetudinaria de un poder colonial extranjero.


1 Aristóteles (1986). Política. Alianza Editorial. Capítulo II párrafo 1253.

2 Tutu, D. (1999). No Future without Forgiveness (1999th ed.). Doubleday. Página: 31, https://archive.org/details/nofuturewithoutf00tutu_0/page/n3/mode/2up?q=Ubuntu.

3 Drucilla Cornell y Muvangua, N. (Eds.). (2011). Ubuntu and the law: African ideals and post apartheid jurisprudence. Fordham University Press. Páginas: 332-343.

4 ACNUDH. (n.d.). OHCHR. Retrieved September 8, 2022, from https://www.ohchr.org/es/hrc-subsidiaries/expert-mechanism-racial-justice-law-enforcement/experts.

5 Hegel G.W. F. (1993): Fundamentos de la Filosofía del Derecho. Libertarias/Prodhufi, S. A. Madrid. Página 450.