16 Sep Negros de piel blanca
Escrito por Rosa María de León. Asociación Afrikabanga. Graduada del Curso Cultura y pensamiento de los pueblos negros
Con una actitud de máximo respeto hacia las personas a las que me refiero en estos textos, agradeciendo a todas ellas su colaboración para que sepamos más de su cultura y vivencias, y visualizando siempre su sonrisa, expongo en este texto datos y reflexiones sobre cómo afecta el albinismo a algunas personas en África.
El albinismo en Africa
Realidad generalmente poco conocida con una problemática muy específica que nos resulta difícil de entender. Para ayudar a su comprensión, nos acercaremos al “albinismo” desde otro punto de vista, profundizando en esta condición genética que no solo afecta a las personas en los países africanos, pero que únicamente en alguno de ellos, como un fenómeno relativamente reciente y por la lamentable combinación de “supersticiones mágicas ancestrales“, con una feroz “economía de mercado”, les hacen padecer grandes dificultades que se añaden a su condición de personas muy sensibles y vulnerables a la luz del sol africano.
El albinismo es una condición genética hereditaria, en casi todos los tipos de albinismo, ambos progenitores deben ser portadores del gen para que se transmita, aunque ellos mismos no lo presenten. Afecta a la producción de un pigmento llamado melanina que protege del sol al oscurecer la piel, el cabello y los ojos. En África, los albinos suelen tener el cabello rubio y sus iris son entre azul, verde o violeta y una piel muy blanca y delicada.
Se estima que en América del Norte y Europa una de cada 17.000 a 20.000 personas presenta algún tipo de albinismo. Esta condición es mucho más común en el África subsahariana; se estima que una de cada 1.400 personas está afectada en Tanzania y hasta una de cada 1.000 personas en ciertas poblaciones de Zimbabwe y otros grupos étnicos en África Meridional.
El mayor porcentaje de albinismo en África se puede explicar sobre todo porque existe una gran endogamia. Los albinos sufren barreras de actitud por su apariencia, discriminación racial y estigmatización por razón de color, por eso a menudo se casan entre ellos con el aumento considerable de coincidencia de los genes regresivos que lo causan.
Las personas con albinismo son víctimas de discriminación y estigmatización en todo el mundo, pero es en el África subsahariana, donde cualquier persona con pigmentación reducida o inexistente es identificada como diferente al resto de manera inmediata, la zona en la que se producen las más numerosas y violentas agresiones, que se añaden al aislamiento social que generalmente han padecido desde tiempos antiguos.
Actualmente, su vulnerabilidad es mayor en todos los ámbitos, en la familia, comunidad, educación y trabajo. Además la mayoría de ellos carecen de los cuidados mínimos necesarios para proteger del sol su delicada piel y sus ojos, padeciendo graves canceres de piel y falta de visión.
Muchas personas en el mundo son perseguidas, secuestradas, mutiladas y asesinadas por multitud de motivos, pero no existe un caso parecido a las personas con albinismo en África, amenazadas debido a lo que son, a su condición genética, por lo que al ser el grupo humano en mayor peligro por motivos genéticos, Naciones Unidas instituyó en 2015 el Día Internacional de Sensibilización sobre el Albinismo cada 13 de junio.
Antiguas creencias africanas hacen a los albinos seres míticos, extraños, con poderes mágicos lo que provoca hacia ellos rechazo y fascinación a la vez que los convierte en objeto de codicia.
Algunos les consideran espíritus de otro mundo con cuerpos dotados de poderes, pero también como presagios de infortunio, fantasmas que no mueren, solo se desvanecen, también como un juicio de dios sobre la familia o una maldición de los antepasados, son la encarnación del pecado, acarrean desgracias, enfermedad o incluso la muerte si se les toca.
También se les imagina fruto de adulterio con un blanco, hijos de un mal espíritu o concebidos durante la menstruación, resultado de incesto o de relaciones sexuales consanguíneas, también se piensa que el diablo robó el niño original y lo reemplazó por un albino.
Durante años esa diferencia de color de piel era rechazada y ocultada. Muchos niños con albinismo desaparecían al nacer, asesinados a menudo por sus familiares, por las creencias de mala fortuna que ese nacimiento traería a la familia. Estas ideas erróneas han dado lugar al acoso, burlas, insultos y mofas normalizadas en la calle, sufriendo en algunos casos graves agresiones físicas y asesinatos.
En este siglo, la brujería y ciertas tradiciones mágicas cambiaron de sentido, extendiendo la idea de que se podía garantizar una buena salud, suerte, o riqueza para todos aquellos que poseyeran un trozo del cuerpo de una persona con albinismo. Así empezó a incrementarse la persecución, secuestro, mutilación y asesinato de las personas con albinismo en diversos países de África, que todavía sigue presente.
Los hechiceros y brujos utilizan sus miembros, su sangre (que si se bebe hace ganar dinero), sus genitales, sus huesos y hasta su pelo para elaborar pócimas que curan enfermedades o dan suerte y poder, permiten ganar fortunas y protegen de los maleficios.
El carácter ambiguo de estas creencias hace que estas personas, estando vivas, sean consideradas portadores de mala suerte, mientras que las partes muertas de su cuerpo son objetos codiciados que otorgan fortuna y buena suerte, aunque incluso haya que profanar sus tumbas.
Pero África es muy diversa, y no es así en otras partes, por ejemplo, entre los yorubas, los albinos son llamados A fin, y tienen posiciones especiales entre los adoradores del orisha Obatala, o tienen un estatus especial como si fueran reyes, y en otras culturas simplemente los ven como personas normales.
La matanza de albinos comenzó en 2007, en Tanzania, en torno al lago Victoria. En esa zona, la mayoría de la población eran mineros o pescadores que creían poder conseguir mayor cantidad de oro o pesca si bebían pócimas o colocaban amuletos de cuerpos de albinos en las entradas de las minas o en las redes de pesca; por ello, los cuerpos de las personas albinas alcanzaron precios muy altos. En esa zona los ataques a los albinos eran realizados por bandas organizadas contratadas por brujos o hechiceros, a los que es habitual que la población consulte, puesto que el sistema sanitario sigue siendo deficiente. El asesinato de albinos no se limitó a Tanzania, sino que se extendió a Burundi, Costa de Marfil, Kenia y a otros países del África Subsahariana y especialmente Malawi, país en el que actualmente las personas albinas sufren el mayor número de ataques.
Se pagan grandes cantidades de dinero por miembros de un cuerpo albino, entre 65.000 y 100.000 $ es el precio de un cuerpo y las partes del mismo (manos, piernas, sangre, etc.) pueden oscilar entre 2.000 y 4.000 $, por este motivo, cualquier conocido se puede convertir en un posible criminal.
El precio de las magias con cuerpos de albino no puede ser costeado por un ciudadano ordinario, por lo que son los ricos empresarios y políticos con aspiraciones a cargos importantes sus mayores demandantes, existiendo un amplio comercio transfronterizo.
En general, estos delitos aumentan cuando se acercan períodos electorales, como ha ocurrido en Kenia, Malawi, Tanzania y Uganda.
Con mayor o menor intensidad, el albino africano vive con temor y sufre ostracismo, esta situación afecta no solamente a los albinos sino también a sus familias. En general, éstas temen por la seguridad de sus familiares albinos, pero también se dan casos de padres, hermanos… etc. que ven en los albinos de su familia una oportunidad enriquecerse, ofreciéndolos por un alto precio a sus cazadores y a los compradores de sus miembros.
Las mujeres con albinismo y las madres de albinos a menudo son desterradas de su comunidad. Si se denuncia a la policía, las autoridades rara vez lo consideran delito y no hacen averiguaciones. Sufren violencia sexual por el mito de que tener relaciones sexuales con una mujer albina puede curar el VIH y traer buena suerte, aumentando los embarazos no deseados, las infecciones, el aislamiento. Se considera que tienen menos valor que otras mujeres, con frecuencia los hombres explotan sexualmente a las mujeres y niñas con albinismo y las rechazan como pareja o esposa, sumiéndolas en la indigencia.
La falta de educación y el aislamiento son importantes obstáculos para las mujeres con albinismo porque no tienen acceso a información relevante sobre sus derechos.
Existen comunidades que considera a los albinos deficientes mentales, por eso muchas familias no se esfuerzan por educar o llevar a sus hijos albinos a la escuela. Si asisten, a menudo están discriminados por sus compañeros y los maestros no tienen en cuenta sus dificultades visuales y tampoco intervienen en el aislamiento que sufren, por lo que su rendimiento escolar disminuye, lo que refuerza los prejuicios sobre las capacidades de aprendizaje de las personas albinas, que a su vez contribuye a una baja autoestima, produciéndose una alta tasa de abandono escolar.
Otros motivos para no asistir a la escuela son la pobreza que impide pagar los derechos de matrícula y la dificultad para obtener material adaptado, además de la falta de protección solar para las actividades al aire libre y las grandes distancias que tienen que recorrer, con la grave exposición al sol junto con el temor a ser atacados en el trayecto.
Algunas madres asisten a la escuela con sus hijos para proteger su recorrido.
El alto analfabetismo o los escasos estudios, impiden que las personas albinas puedan acceder a trabajos cualificados, también la falta sensibilización hace que haya personas que teman el contagio o sientan asco de los albinos, evitando su cercanía. Si establecen su propio negocio, son discriminados porque los clientes potenciales se niegan a realizar transacciones con ellos, y no acceden a préstamos financieros debido al mito de que las personas con albinismo desaparecen y, por lo tanto, no devolverán el dinero.
Sin embargo, el intenso sol africano es el mayor enemigo de las personas albinas.
La melanina es un pigmento foto protector eficaz contra las radiaciones solares. Su carencia en piel, ojos y pelo produce un alto grado de sensibilidad a los efectos abrasivos del Sol. En África, la mayoría de las personas afectadas de albinismo no tienen acceso a los medios de prevención que les salvarían de padecer cáncer de piel, como cremas solares, gafas de sol, gorros o ropa que les cubra.
Desde niños presentan lesiones precancerosas; casi un 60% de ellos desarrolla cáncer de piel antes de los 30 años y su esperanza de vida apenas supera los 40 o 50 años, con cuidados específicos estas muertes prematuras serian evitables. El coste medico de la prevención y el tratamiento del cáncer de piel es muy elevado y cuando el cáncer está diagnosticado, la intervención quirúrgica dermatológica puede ser indispensable pero su precio la hace inaccesible.
Además, aproximadamente un 60% de albinos queda con una visión muy limitada o con ceguera en torno a los 20 años. Las madres de bebés albinos no suelen tener la información necesaria para poder cuidar adecuadamente tanto las deficiencias visuales como la protección necesaria para evitar el cáncer de piel, aunque hay países donde los hospitales públicos proporcionan atención médica gratuita, no existen suficientes servicios de oftalmología ni de prevención del cáncer de piel.
A todo esto se añade que existe un desconocimiento del albinismo entre las propias personas albinas, es creencia común que las lesiones precancerosas son una parte normal del albinismo o el resultado de alergias, en consecuencia, muchas personas no buscan atención médica hasta que se encuentran en una fase avanzada de la enfermedad.
Y para seguir acercándonos al albinismo en África, y visibilizar su problemática, siendo sensibles al hecho de que es importante que dejen de ser invisibles, bien por desconocimiento o por superstición, desarrollaré a continuación algunos aspectos del albinismo en Tanzania, reflexionando sobre alguna de las soluciones que se han adoptado.
Para este texto he tenido en cuenta diversos Informes de Naciones Unidas y Resoluciones del Parlamento Europeo relacionados con los derechos humanos de las personas albinas en el mundo y, CUADERNOS Junio – Julio 2014, Vol. XXVIII, n.º 2 LOS ALBINOS EN ÁFRICA de Bartolomé Burgos.
Las fotografías han sido tomadas en Kabanga Center (Tanzania) durante los años 2013 a 2019.