Percepción de la muerte y rituales fúnebres en los pueblos africanos (VIII). Chad, Camerún, Gabón y Guinea Ecuatorial

Percepción de la muerte y rituales fúnebres en los pueblos africanos (VIII). Chad, Camerún, Gabón y Guinea Ecuatorial

Escrito por Alejandro M. Abrante Garcia, teólogo especialista en pastoral y misionología y graduado en el Curso Cultura y pensamiento de los pueblos negros.

En el mismísimo corazón de África, el poblado de Gounou Gaya, en Chad, se encuentra habitado por la etnia moussey. Este grupo tiene una curiosa costumbre, que, al parecer, según me contaron los habitantes del lugar, antaño estuvo extendida también entre otras etnias, especialmente sus vecinos massá.

La tradición consiste en enterrar a los fallecidos en las afueras del pueblo, rodeándolos de aquello que les caracterizó en vida. Así, a una mujer, que normalmente se dedicaba a las tareas artesanales y domésticas se le colocaban vasijas de barro alrededor de su tumba.

En cambio, si era un hombre, normalmente un guerrero, se le adjuntaban troncos alrededor de su cuerpo, en forma de círculo, uno por cada enemigo al que hubiera dado muerte en combate. En ocasiones también se colocaba alguna vasija, sobre un tronco, en el lugar donde fue enterrado.

Podemos encontrar este tipo de tumbas a los lados de los caminos, en las proximidades de muchos poblados, tal y como nos muestra la foto de abajo.

Berem (Gounou Gaya-Chad). 09/07/2013. Fuente propia (Alejandro M. Abrante García).
Berem (Gounou Gaya-Chad). 09/07/2013. Fuente propia (Alejandro M. Abrante García).

Su vecino Camerún posee un elenco de ritos funerarios a menudo espectaculares. Por ejemplo, entre los kapsiki, el entierro de un jefe se escenifica, lavando su cadáver. Luego se lo sienta y se lo cose a una piel de buey proporcionada por la familia. El cuerpo así preparado es echado a hombros del herrero, vestido de jefe, quien mientras danza, pasea al muerto por el poblado como si manipulara un títere.

Los banen confeccionan un maniquí, vestido con ropa desgarrada, y lo dejan al lado de la tumba, simulando que es el difunto, bajo un tejado de esteras, rodeado de telas y platos de comida. Permanecerá ahí a lo largo de toda la dilatada ceremonia funeraria, la cual incluye discursos, cantos, bailes fúnebres y escenas improvisadas con objetos personales del difunto.

Los mofu-gudur, elaboran un títere con el cadáver. Para ello preparan minuciosamente el cuerpo, desarticulando los huesos a fin de que conserve su flexibilidad y resulte más fácil la animación durante el funeral. Luego se le viste y se le maneja como si estuviera vivo.

También los beti utilizan títeres durante el Melan, rito iniciático destinado a asegurar la bendición de los ancestros, tenidos por protectores de los vivos, y permitir el contacto con ellos. Para ello fabrican figuras animadas de madera, que se transforman en “espíritus buenos”.

Máscara Ngoin de madera y pigmentos, empleada
en honras fúnebres. Localizada en Camerún
a mediados del siglo XX. Perteneciente a la etnia OKU.
En www.artedeafrica.com

Justo al sur de Camerún se encuentra Gabón. Este país cuenta con una larga tradición de fabricación de máscaras funerarias. Una de las más conocidas es el Vuvi, la cual se caracteriza por ser alargada y plana. Tiene agujeros a ambos lados, donde se fijan fibras vegetales. Es de color blanco, rojo y ocre y, a veces también, con toques de negro, conseguidos mediante cenizas de carbón vegetal, que suelen añadirse para remarcar determinados símbolos, como pueden ser las señales de pertenencia étnica o los triángulos o líneas de zigzag que simulan el agua. El color blanco de la mayoría de estas máscaras evoca la muerte y sirve como agente a través del cual los espíritus ancestrales reaparecen durante las ceremonias fúnebres.

También podemos encontrar otro tipo de máscara, llamada Lumbu, utilizada por diferentes pueblos del país para la iniciación de las niñas, los ritos funerarios, los cultos a los antepasados y los bailes efectuados durante la luna llena. Una máscara blanca o roja, puede presentarse ennegrecida adjudicándosele la función de encarnar la justicia.

Las máscaras negras, muy poco frecuentes, han de almacenarse en el monte, fuera de la vista de los blancos. Constituyen la ‘presentificación’ de los espíritus justicieros.

Máscara africana del
pueblo Punu, de Gabón,
Trajes Delwende, consulta
8 de julio de 2021,
https://www.delwende.es/ trajes/elementos/Mascara-africana-pueblo-Punu-Gabon_MAS0204

Para los gaboneses el retrato inmortaliza a la persona retratada. Por eso se sirven del mismo para mantener presente a la imagen de la persona ausente, ya sea por un alejamiento físico o por la muerte.

Entre estos dos países, se encuentra uno muy pequeño y de lengua española, llamado Guinea Ecuatorial, formado por una isla y un reducido territorio continental.

En Guinea Ecuatorial podemos encontrar varias etnias, pero son los fang y los bubis las mayoritarias y más importantes. De hecho, sus lenguas son las más difundidas.

Conozco el caso de varias personas de otras etnias, como la combe y la benga, que también hablan fang.

Los bekon (muertos), no dejan de ser miembros activos del grupo familiar. El culto a los ancestros constituye una institución fundamental para la coexistencia del pueblo fang e implica una actualización constante de los vínculos entre el reino intermedio y el mundo del más allá, con la vida terrena.

Aunque en el imaginario fang el hogar de los antepasados estaría situado al otro lado del gran mar, los muertos continúan viviendo en el Reino Intermedio y siempre están dispuestos a regresar y dejar oír su voz, encarnándose para ello en el cuerpo de las estatuas o de los bailarines en éxtasis, siempre que las condiciones lo requieran y los ritos sean debidamente oficiados.

La muerte de una persona es atribuida, la mayoría de las veces, a la acción de la “brujería” y lo primero que se hace es buscar a los culpables. Normalmente las primeras sospechas recaen sobre las y viudas, por lo que hay que celebrar el akús o ceremonia de las viudas, para así liberar a la esposa del fallecido del espíritu de su marido, permitiendo entonces al difunto abandonar la casa familiar y reunirse con sus ancestros en un lugar fuera del tiempo, intermedio entre las fuerzas del cosmos y el mundo de los vivos.

Los funerales implican varias ceremonias, más o menos complejas y multitudinarias, en función del prestigio o riqueza del fallecido. En ellas no pueden faltar las danzas (Ndong-mba, Biyong, etc), los sacrificios, los intercambios regalos y los grandes banquetes.

Los funerales se clausuran con el Messong, baile acrobático de complejo simbolismo ejecutado por un profesional que guía al muerto para abandonar definitivamente el poblado.

Resulta especialmente curioso el llamado Ngun Melan, un culto familiar, considerado el modo más eficaz de entrar en contacto con el Más Allá. Ante la imposibilidad de establecer comunicación directa con el Dios creador, ello se hace por medio de los muertos, valiéndose de la “fuerza vital” contenida en sus cráneos. Esta ceremonia se realiza a la luz del día para distinguirse de los ritos nocturnos de la brujería. Primeramente los candidatos deben acudir al bosque y recolectar la corteza excitante de Alan (alchornea floribunda), de donde deriva el nombre del Ngun Melan.

Al día siguiente, los nsec-biere de los distintos linajes del poblado son transportados a hombros hasta la casa ceremonial Ngun Melan.

Cada linaje debe custodiar los cráneos de sus antepasados, encabezados por el fundador de la estirpe, habitualmente representado mediante la figura del rial que remataba el bote relicario. Los cráneos, ekwe-kwe-nlo (cabeza vacía) o rilo-mezan, símbolo de la fuerza y sabiduría de un individuo, son guardados en la caja-relicario Nsec-biere. Los huesos largos del fallecido se entregan a la familia cuando nace un niño, como amuleto para la buena suerte.

El Bied es la expresión plástica de la mediación entre los vivos y los muertos, una representación del primer ancestro, es decir, de aquel cuyo cráneo fue el primero en entrar en el Nsec-biere. Y cada familia talla el suyo de acuerdo con unos rasgos establecidos y con unas marcas distintivas concretas.

Para la etnia bubi existe una clara relación entre la tierra, que preparan para su cultivo durante el mes de junio, la vida y la muerte.

El proceso ritual de la muerte comienza (“Primer Tiempo”), cuando el Böe, aliento de vida que envían los ancestros al mundo de los vivos, se desprende del cuerpo y pasa a estar fuera de este. Luego se pasaría a un “2º Tiempo”, de sepultura del cuerpo.

En el ritual de löátöra, el böe está fuera del cuerpo, pero cerca de él, en una primera conexión con el otro mundo (é tèllè ö mmò). De este modo se pasa al entierro, la conexión del cadáver con la tierra. Por último, para mimetizar la muerte y el viaje definitivo del böe a la otra dimensión, tiene lugar el “tercer tiempo”, de reclusión o de luto (bökoto). En este momento se elimina la contaminación de la muerte en la tierra con el ritual alöla böotá, que incluye el sacrificio de gallinas, y así se llega a la conversión del difunto en antepasado.

Fuentes

Borrego Nadal, Víctor (2001): Visión” y conocimiento: el arte Fang de Guinea Ecuatorial. Tesis de doctorado, Universidad Complutense de Madrid. En
https://eprints.ucm.es/id/eprint/1717/1/T19854.pdf.

Eteo Soriso, Jose Francisco (2013): Los ritos de paso entre los bubis. Tesis doctoral, Universitat Autónoma de Barcelona. En https://www.tdx.cat

Exposición de Artesanía (2017). https://www.arteinformado.com

Gule Wamkulu (s. f.). UNESCO. Recuperado 7 de mayo de 2021, de https://ich.unesco.org

UNIMA. (2016). “Ritos y rituales”. World Encyclopedia of Puppetry Arts.
https://wepa.unima.org
https://wepa.unima.org/es/camerun
http://www.ikuska.com

Nancy, Jean-Luc (203): “La mirada del retrato”. Nómadas. Ed. Amorrortu, N.º 1.

Fuentes orales

Bönaí Capote, narradora oral de la etnia bubi, de Guinea Ecuatorial.

Hermelo Okue Nsue Ada, abogado y estudiante de CC Religiosas, de la etnia fang en Guinea Ecuatorial