Cine africano de mujeres LGTBIQ+

Cine africano de mujeres LGTBIQ+

Escrito por María Aparicio Yoldi, periodista y graduada en el Máster Cultura y pensamiento de los pueblos negros

En 2018 tuve la oportunidad de ver Rafiki en pantalla grande y con la presentación de la propia directora, Wanuri Kahiu. Además de que la película me encantó por sus colores, sus tiernos personajes y su esencia africana, se me quedaron marcadas las palabras que dijo Kahiu: “Durante mi infancia nunca pude ver películas donde los africanos se tocaran y fueran felices. Pensé que eso sólo lo podían hacer los blancos, que nosotros no teníamos derecho a enamorarnos. Por eso decidí hacer una historia de amor entre dos mujeres africanas”.

A partir de entonces me pareció interesante hacer un pequeño estudio sobre cómo se representa a la mujer LGTBIQ+ en el cine africano. Para mi sorpresa, existen bastantes más films sobre esta temática de lo esperado y en donde la mujer aparece reflejada de diferentes formas, lo cual demuestra la riqueza tanto del cine africano como de la propia cultura queer del continente. Así que para adentrarse por primera vez en este mundo, dejo un pequeño repaso histórico sobre el cine africano con mujeres LGTBIQ+.

La comunidad LGTBIQ+ como algo peyorativo (ejemplo de Nollywood)

Antes de la década de los 2000, la diversidad sexual o de género no tenía cabida en las producciones cinematográficas africanas. No se representaba ni se mencionaba, pero ya a comienzos de los años 2000 en Nigeria empezaban a surgir ciertos films con personajes femeninos LGTBIQ+, aunque siempre desde una perspectiva de crítica o moraleja anti-gay.

Existen más de 20 películas de Nollywood con personajes LGTBIQ+ y muchas de ellas han tenido un claro éxito comercial, aunque siempre con personajes donde la mujer queer es una bruja, depredadora o malvada.

Emotional Crack (Nigeria, 2003), dirigida por Lancelot Oduwa Imasuen, supuso un antes y un después en la representación de la mujer LGTBIQ+ en el cine africano. Por primera vez, se veía en Nigeria a una pareja de mujeres tener un romance. Aunque con un final dramático donde la “malvada lesbiana” muere, el film mostraba por primera vez una relación romántica y sexual entre mujeres, y supuso un cierto éxito que abrió camino a más producciones con personajes LGTBIQ+.

Emotional Crack

Women’s Affair (Nigeria, 2003), Beautiful Faces (Nigeria 2004) o Last Wedding (Nigeria 2004) son algunos ejemplos de películas que empezaron a proliferar a principios de los años 2000 en Nollywood y cuya historia central giraba en torno a chicas que vivían en internados o campus universitarios y acababan metidas en cultos lésbicos de los que tenían que salir.

En este periodo, “muchas de las películas terminan con la muerte, el arresto, la conversión o la ‘salvación’ espiritual del personaje homosexual criminalizado y degenerado. Sin embargo, al mismo tiempo, la presencia de estos personajes en las pantallas nigerianas, su inserción en la vida cotidiana, los espacios domésticos y las instituciones educativas, sugiere que los nigerianos, al menos en algún nivel, están dispuestos a admitir que la homosexualidad existe en su país y que, de hecho, hay mucha preocupación sobre cómo abordarlo. Paradójicamente, entonces, el tema de la homosexualidad parece ser tanto un tabú como una pequeña obsesión.” escribe la autora Lindsey Green-Simms.

Primeras representaciones queer positivas (Años 2000)

En la primera década del nuevo siglo, se produjeron siete películas con representación positiva de mujeres queer. Sudáfrica es productor de cinco de esas cintas. Entre estas películas podemos mencionar Karmen Gei, una película senegalesa dirigida por Joseph Gaï Ramaka, y que se suele presentar como el primer filme de mujeres bisexuales en el continente. Por otro lado, la película The World Unseen (Sudáfrica, 2007), de la directora Shamim Sarif, centrada en la historia de dos mujeres sudafricanas en el Cape Town de los 50, tuvo gran repercusión internacional.

Karmen Gei

En estos años nace el documental como forma accesible, barata y fuera del control estatal, para que las mujeres queer africanas empezaran a contar sus propias historias. Uno de los más relevantes es el documental Simon and I (Sudáfrica, 2002) centrado en la historia de los activistas Simon Nkuli y Beverly Ditsie y que es un buen análisis del nacimiento del movimiento LGTBIQ+ en Sudáfrica.

Simon & I

Aunque estos años suponen un avance en la representación de la mujer queer africana, que por fin cobra visibilidad en el audiovisual, algunos autores critican el acceso a estas películas, que se convierten únicamente en una ventana para que las sociedades occidentales puedan ver qué está ocurriendo con la comunidad LGTBIQ+ africana, pero no terminan de tener cabida en las mismas sociedades locales.

Normalización (Años 2010)

A partir del año 2010, el género documental centrado en mujeres queer se asienta en Sudáfrica. Esa facilidad, que no permite la ficción, de grabarse a sí mismas en su comunidad, de contar sus experiencias en primera persona y de acceder de una forma más natural a sus protagonistas, hace del documental el formato ideal para la comunidad LGTBIQ+.

Difficult Love (Sudáfrica, 2010), es un largo documental centrado en ​​la fotógrafa Zanele Muholi, que a través de su trabajo fotográfico visibiliza a las lesbianas de Sudáfrica. Breaking out of the Box (Sudáfrica, 2011) o The Commission: From Silence to Resistance (Sudáfrica, 2017) son otros documentales sobre la comunidad queer en Sudáfrica. Este cierto auge del género documental parece estrechamente vinculado con los avances políticos y sociales de la comunidad en el país, tras la aprobación del matrimonio entre personas del mismo sexo en 2006.

Este afán de visibilidad de las mujeres queer se extiende a otros países, aunque en menor medida. Destacan Nigeria y Camerún con largos documentales como Coming Out of the Nkuta (Camerún, 2011), Born this way (Camerún, 2013), Under the Rainbow, (Nigeria, 2018) o Defiance: Voices of a New Generation (Nigeria, 2020). Cabe resaltar también los intentos de Uganda por mostrar su realidad, como con el documental And still we rise (Uganda, 2020), al mismo tiempo que el país debate leyes que condenan muy duramente las prácticas homosexuales.

Under the Rainbow

A partir de la década de los 2010, el cortometraje se asienta también como una forma asequible de contar historias de mujeres LGTBIQ+. Al ser un formato más barato y más fácil de distribuir a través de canales alternativos, permite adentrarse de una forma más sencilla en el mundo de la ficción. Destacan los cortos Braids on a Bald Head (Nigeria, 2010), She, (Ruanda, 2014) o Sina Nomakotshana (Dance with the Maiden) (Sudáfrica, 2016).

Braids on a Bald Head

Pero sobre todo, en esta década, cabe destacar el surgimiento de varias películas de temática femenina queer que rompieron todos los tabúes y esquemas tradicionales para convertirse en verdaderos éxitos tanto en África como internacionalmente. Se trata de las películas Stories of Our Lives (Kenia, 2014) y Rafiki (Kenia, 2018).

Stories of our Lives es un film dividido en varias historias, cada una de ellas centrada en algún miembro de la comunidad queer keniata. Lo interesante de este film es este género híbrido entre documental (las historias contadas en cada una de las secuencias están basadas en historias reales) y la ficción (esas historias están guionizadas, interpretadas y escenografiadas).

Stories of Our Lives

Por su lado, la película Rafiki, de la directora keniata Wanuri Kahiu, narra la historia de amor entre Kena y Ziki, dos jóvenes de Nairobi que se conocen en medio de una campaña electoral donde sus padres son rivales. En una Kenia donde la comunidad queer está perseguida, tienen que elegir entre hacer caso a sus sentimientos o a la presión social.

Ambas películas fueron censuradas en su propio país, aunque dentro del continente africano han podido verse y se han presentado en varios festivales occidentales como Cannes o Toronto. Cabe destacar que Rafiki obtuvo un permiso especial para exhibirse durante 7 días en las salas de Kenia para poder así optar a los premios Óscar. Durante esa semana, los cines estaban a rebosar y las mujeres africanas LGTBIQ+ podían por fin verse representadas en pantalla: “Vi Rafiki siete días seguidos. […] En el cine, me abrazaron otras mujeres negras queer que recordaron las realidades de amar a otras mujeres negras bajo un régimen coercitivo. Nos pasamos pañuelos y apoyamos la cabeza en los hombros de las otras.

Nos apretamos las manos. Éramos vulnerables. […] Vimos a estas dos mujeres queer alcanzar la mayoría de edad juntas y algunas de nosotras alcanzamos la mayoría de edad con ellas. En Rafiki nos vimos a nosotras mismas, nuestras vidas, nuestras alegrías, nuestras luchas, nuestros triunfos. Éramos reales. (Kirui 2018)”.

Rafiki

Surgimiento de nuevos formatos y canales de distribución

La democratización de internet en el continente africano, la llegada de los móviles y nuevas plataformas y el cada vez más fácil acceso a equipo técnico para la creación de contenido audiovisual, ha hecho que el contenido de mujeres queer africanas se dispare de diferentes formas. Surgen nuevas creaciones como webseries, canales de contenido queer en Youtube o plataformas con vídeos, podcasts y artículos diversos.

Es muy interesante el ejemplo del mediometraje Ìfé (Nigeria 2020), dirigido por Uyaiedu Ikpe-Etim. La película se centra en la cita de tres días que pasan juntas Ifé y Adaora, dos amantes nigerianas. En esos días que pasan en casa de Ifé hablan, comen, intiman y sueñan con un mundo que no existe en cuanto salen de esas cuatro paredes.

Además de ser una pieza intimista fantástica, lo interesante de Ìfé ha sido la visibilidad que ha tenido tanto nacional como internacionalmente esquivando el sistema oficial de distribución.

A través de redes sociales, plataformas y festivales queer y evitando la exhibición en cines y televisiones tradicionales, que vienen controladas por el Consejo de Censura del Cine y el Vídeo de Nigeria, Ìfé ha conseguido una promoción y visibilidad muy importante.

Ifé

Este pequeño repaso histórico nos demuestra que existe un abanico importante de representación de mujeres LGTBIQ+ en el cine africano, con contenidos más ricos y profundos. Así mismo, las africanas pueden acceder cada vez más fácilmente a esas películas, tanto nuevas como antiguas. Wanuri Kahiu estará feliz de ver cómo por fin las africanas pueden verse en pantalla viviendo y amando.