Percepción de la muerte y rituales fúnebres en los pueblos africanos (VI). Costa de Marfil.

Percepción de la muerte y rituales fúnebres en los pueblos africanos (VI). Costa de Marfil.

Escrito por Alejandro M. Abrante García, teólogo especialista en pastoral y misionología y graduado en el Curso Cultura y pensamiento de los pueblos negros.

Los odjoukrou son un subgrupo dentro de la etnia akan. Habitan en el sur de Costa de Marfil. Sus funerales tradicionales (εb-kok) agotan a las familias implicadas, pues se convierten en ocasión para recrear todo tipo de vínculos sociales, operando como un mecanismo de restauración y renovación de los poderes y privilegios de los mayores y de reconciliación entre los miembros de una misma familia, incluso con aquellos ya fallecidos. Pero el alcance de estos ritos funerarios va más allá de sus distintas funciones sociológicas.

Mapa de Costa de Marfil. Fuente foto: Wikimedia

Por ejemplo, los ritos de Low y Dediakp (ritos de iniciación) marcan sobre todo el tránsito de la muerte (simbólica) del joven o de la púber a la edad adulta, y también el paso del antepasado difunto al Más Allá o aldea de los muertos (Onŋn- es), la cual se encuentra ubicada en la intersección entre cielo, la tierra y el océano (la Fonjamba). Allí vuelven a ser niños y entran en el vientre de las mujeres, de donde nacerán de nuevo. Los niños pequeños fallecidos regresan sin un cambio de cuerpo. Además, son tatuados para que puedan ser reconocidos en su próximo nacimiento. 

En suma los muertos perpetúan la organización y la vida de la sociedad visible en el plano de lo invisible. Los criminales no pueden entrar allí, sino que deambulan hambrientos y llorosos por las aldeas. 

Para protegerse de la desgracia y establecer o restablecer relaciones ordenadas con los muertos, se procede a realizar un sacrificio (Egb-waw). Consiste en una ofrenda solemne de comida, como por ejemplo los primeros frutos de las cosechas anuales (un puñado de mijo, plátanos, huevos de gallina, mandioca, etc.). 

Por lo general, la ceremonia comienza con una exaltación de la vida, la pureza y la prosperidad, por lo que todos los miembros del grupo se lavan, se cepillan los dientes con caolín blanco, se visten de blanco y acuden al santuario. El sacerdote encabeza la procesión, llevando una red rota y una rama de palma en su mano (signo de paz) y anillos en los pies (mgbεsε) cuyo ruido advierte de encuentros fatales. 

Después el sacerdote coloca las ofrendas, con las manos abiertas hacia el cielo, en un movimiento de ida y vuelta, sobre hojas obl-ebl-mεɲ y conduce la procesión de regreso al campamento sin mirar atrás.

En general, entre los odjoukrou cuando la enfermedad de un familiar persiste o cuando todos los medicamentos han agotado su capacidad para regenerar la salud del enfermo, el jefe de familia convoca a los demás miembros para un Nkpiti-ok (pago de rencor), seguido del rito Piapia. Todos estos ritos constituyen formas de reconciliación o ceremonias para devolver la paz a familiares vivos y muertos, cuyo propósito es alejar la desgracia y mantener la esperanza de que el paciente recupere su salud. Además, si estos ritos no se llevaron a cabo antes de la muerte del paciente, o si el paciente muere en un accidente o de muerte súbita sin que se los haya podido llevar a cabo, no todo estará perdido tampoco, ya que los familiares pueden ser convocados nuevamente para organizar y celebrar la reconciliación (Emokr) antes de celebrar el funeral.

La muerte de un individuo es generalmente anunciada en todo el pueblo, ya sea por los miembros de su grupo de edad o por el heraldo designado por ellos. Mientras tanto los familiares se unen e indagan en las causas del fallecimiento y tratan de restablecer la paz entre los vivos y el fallecido.

Los ritos funerarios odjoukrou hoy en día

Debido a la colonización francesa y a la influencia del cristianismo y del islam, los odjoukrou han abandonado buena parte de prácticas ancestrales. Con respecto a los funerales, la administración de Costa de Marfil es tolerante con los funcionarios que desertan de las oficinas los viernes por la mañana para retirar los cuerpos de sus familiares fallecidos y llevarlos a la morgue. Y los sábados son prácticamente días reservados para los funerales. 

Hoy es poco frecuente que los cuerpos de los fallecidos se dejen en el pueblo. En ausencia de un depósito de cadáveres en las inmediaciones, los depósitos existentes en la ciudad más cercana son rápidamente tomados por asalto para dejar allí los cuerpos. Su traslado suele ir además precedido de un pago en bebida (generalmente agua) por parte de los familiares del difunto para los dioses.

Las condolencias se reciben en la morgue antes, durante o después de la vigilia del viernes por la noche. Esta vigilia es organizada en la misma morgue, en el tribunal patrilineal o en la iglesia (para los cristianos católicos en particular) con o sin el cuerpo del difunto.

Tanto para los animistas como para los que no tienen religión, la vigilia tradicional se caracteriza principalmente por la música, el baile y el consumo abundante de bebidas alcohólicas.

Los entierros generalmente tienen lugar los sábados: por la mañana muy temprano para los harristas, o seguidores de la religión tradicional, y alrededor de las 10 a.m. para la mayoría de las capillas religiosas cristianas, tales como católicos, metodistas, mesiánicos y evangelistas. También hay pocos entierros en días laborables, con la excepción de musulmanes.

Fuente foto: Wikimedia

Antes de que el cuerpo sea trasladado al cementerio, los familiares pronuncian un último adiós al fallecido. Ésta es una oportunidad para hacer recomendaciones para el Más Allá. Finalmente, el decano de la familia confía el difunto a la benevolencia de Dios o de los dioses. El vehículo de un director de la funeraria o un carro local transporta el cuerpo al cementerio desde la iglesia para los cristianos o directamente para los animistas. El traslado del cuerpo a hombros es cada vez más raro.

Tanto ayer como hoy, para los odjoukrou, el difunto debe entrar en Oŋn-es o Paraíso, reconciliado y en paz con los vivos y los muertos.

Fuera del mundo odjoukrou, los ritos han cambiado también debido a la influencia cristiana y musulmana, aunque en muchos casos se produce una suerte de sincretismo, en virtud del cual permanecen las creencias y se modifican los  rituales externos. Por otro lado, en los grupos que practican las religiones tradicionales, se sigue procediendo del mismo modo que en el pasado.

En general, perviven una serie de aspectos comunes en cuanto a la relación con los muertos. Así, los cementerios se encuentran siempre a la entrada de los pueblos, para mostrar que los muertos nos están realmente muertos y que conviven con los vivos, si bien de otra forma. 

Ocurre también que a los fallecidos se les encargan que lleven recados para los antepasados que les han precedido, ya que la muerte se concibe como un viaje hacia el mundo de los ancestros. 

Etnia akan. Foto fuente: Wikimedia

Fuentes

Bille, Aman Evariste doctorando en Teología y natural de Costa de Marfil.

Barou, Jacques. “La idea de la muerte y los ritos funerarios en el África subsahariana”. TRACE 58, diciembre 2010. En www.cemca.org.mx.

Mel Mèlèdje, Raymond. “Rites Funeraires Odjokukrou de la reconciliation : Una institution traditionnelle de L’Eb-kok et ses changements”. Université Alassane 

Ouattara de Bouaké, Abidjan, Côte d’Ivoire. European Scientific Journal March 2014 edition vol.10, Nº 8. https://www.nationalgeographic.com.es

Prada, Alfredo C. (21-09-2011) Rito funerario en África. http://ritosfunerarios.blogspot.com/2011/11/rito-funerario-en-africa.html